Tamara de Lempicka hace suyo el Cabañas

GUADALAJARA, JALISCO (01/SEP/2012).- Desnudos, flores, retratos y hasta El beso, de Francesco Hayez, en técnicas como serigrafía, óleo en tela, y lápiz sobre papel —obras creadas entre 1920 y 1970 —, pueden apreciarse sobre las paredes de la sala 1 Norte del Instituto Cultural Cabañas.

Desde ayer y hasta el 21 de octubre, el recinto ubicado en el Centro Histórico de Guadalajara alberga una treintena de piezas de una de las pintoras más brillantes de la primera mitad del siglo XX y destacada representante del art déco: la polaca Tamara de Lempicka (1898-1980).

Tamara estudió arte en la Academia de San Petersburgo, en Rusia. Después de comenzada la Segunda Guerra Mundial viajó a París, ciudad que influiría en su vocación creativa. Luego se trasladaría a Nueva York, a Los Ángeles, y moriría en Cuernavaca, México.

Recargada en lo que parece ser un abrigo, una mujer de mirada perdida y cabello recogido luce un vestido, en gris y blanco, que deja ver sus piernas delgadas. Lleva alhajas. Al fondo, y a su izquierda, edificios rectangulares destacan, pero no tanto como sus labios rojos. La composición es una mezcla entre seducción y glamour. Se trata del retrato de la señora Allan Bott, serigrafía intervenida de la destacada pintora polaca.

Labios rojos y carnosos

Sin embargo, nada más al entrar a la sala, Andrómeda (serigrafía) llama la atención de los visitantes. “¡Ve nada más!”; “¡impresionante!”; “¡increíble!”, exclamaron algunos al observar el cuadro de la mujer desnuda, de labios rojos y carnosos, con las manos encadenadas. Luz, volumen, formas.  

También destacan los óleos sobre tela: La bella Rafaela, cuatro cuadros de mujeres pintados con tenues pinceladas —a diferencia del resto—, y El baño de Suzanne, donde el lado izquierdo del rostro está desdibujado: el ojo de la mujer no es perceptible.    

Jóvenes, señores y personas de la tercera edad recorrieron la exposición con curiosidad, luego de ser declarada abierta al público, la noche del 30 de agosto. Unos sacaron sus lentes para ver mejor las piezas, otros se acercaron a los cuadros para apreciar los detalles. Sonrisas, ceños fruncidos, y miradas fijas, predominaron.

Pero la exposición que acerca a los tapatíos a la obra de De Lempicka, llamada Un encuentro de dos culturas, no viene sola, también se exhiben piezas de quien fuera su amigo, el escultor Víctor Manuel Contreras (Atoyac, 1941).  

El motivo de la presentación de las piezas, y de su título, deviene del encuentro entre la polaca y el mexicano, en París, Francia, hacia 1958. Antes de dar por inaugurada la muestra, acto en el que estuvo presente el secretario de Cultura, Alejandro Cravioto, Víctor Manuel Contreras dio una conferencia en la Sala Montenegro sobre la amistad que los artistas entablaron y la vida de ella.  

“El tiempo, la distancia, los continentes, pueden no importar cuando la coincidencia y la magia trasciende todas las limitaciones y permite que dos personajes se encuentren; dos mundos, dos culturas, dos artistas, dos seres humanos excepcionales, no podrían seguir rumbos distintos sin que la línea de sus vidas se cruzara”, se lee en un muro a las afueras de la sala 1 Norte, a manera de presentación de la exposición.

En las dos siguientes áreas están distribuidas 17 piezas escultóricas en bronce, cobre y plata del autor de Inmolación de Quetzalcóatl, que se ubica en el corazón de la Plaza Tapatía.

Exhibición
Horario

El Hospicio Cabañas (Cabañas No. 8, Plaza Tapatía) tiene un horario de visita, de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Los martes, la entrada es gratuita. El costo de la entrada general es de 70 pesos; maestros y estudiantes pagan 20 pesos, así como los niños de seis a 12 años. El acceso de los menores de seis años es libre.