Suerte o capacidad

Los toreros, por naturaleza, son seres supersticiosos, dejan en manos de un ser divino su futuro, le enjaretan a la suerte el destino de lo que puede ser.

Estos seres únicos, quizá una especie en peligro de extinción, necesitan aferrarse a algo para cimentar su confianza en un resultado favorable, la suerte.

Palabra más que común entre ellos a la hora de vestirse, de partir plaza o salir a la arena es suerte. El resultado final de una tarde, más que admitir aciertos o errores, es achacado a la suerte.

Precisamente, el festejo taurino inicia con el sorteo de los toros que se lidiarán por la tarde y es ahí donde la esencia de la suerte comienza a fluir en el ánimo de los toreros, al descubrir lo que el destino les ha deparado con los astados que verán en el ruedo.

Tan intrínseca es la suerte que cada uno de los actos ejecutados por los toreros es llamada así, suerte. La suerte de varas, la suerte suprema… todo es suerte.

Pero ese encadenamiento de sucesos, considerados como fortuitos o casuales, es parte fundamental de la magia que envuelve al mundo del torero, pues a fin de cuentas, incide en el desarrollo de la lidia. Pero, ¿hasta qué punto la falta de capacidad es atribuida a la suerte?

Será ella la que prive a un torero de un triunfo importante por no lograr ejecutar una estocada con eficiencia; será ella la culpable de una cornada cuando un cúmulo de errores o circunstancias se amalgamen y manden al torero al sanatorio; es el azar el responsable directo sobre un torero por no descifrar el acertijo que encierra el comportamiento del toro.

Y, sin embargo, la suerte, el buen o mal "bají", como dicen los gitanos, en verdad es quien dicta la última palabra, por más esfuerzo que se haga, por más experiencia, conocimientos y facultades que se tengan, si la suerte dice "no", en verdad que es no.

Pese a todo, los toreros, a sabiendas que hay una parte que está en sus manos y otra que no depende de ellos, caminan decididos, se plantan frente al público y ofrendan su futuro, lanzan su montera al aire y en sus adentros solo atinan a decir "Alea Jacta Est".

Fotografiataurina@yahoo.es