Premian capacidad de Tranströmer de crear imágenes cercanas al surrealismo

ESTOCOLMO, SUECIA (06/OCT/2011).- Tomas Tranströmer lleva más de 30 años en el quehacer literario, ha sido ampliamente reconocido por otros literatos y criticos. No obstante, pocos lectores fuera de su país natal le conocen. Su nombre ha sido uno de los habituales en las listas de los nominados a los Nobel. Uno de sus géneros más destacados es el Haiku, que consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas.

La academia sueca la he otorgado el galardón por su estilo sustentado en el valor de la palabra y en su capacidad por crear unas imágenes impactantes cercanas al surrealismo.

Hijo de un periodista -que lo abandonó cuando tenía tres años- y de una maestra de escuela, Tranströmer se ganó la vida como psicólogo en centros penitenciarios mientras elaboraba una obra poética sin prisa. A los 24 años publicó su primer libro 17 poemas, a los que siguen ''Secretos en el camino'', ''Tañidos y huellas'', ''Visión nocturna'', ''Senderos'', ''La plaza salvaje'', ''Para vivos y muertos'', ''Góndola fúnebre'', ''29 haikus'' y ''Visión de la memoria''.

 Todos estos libros están recogidos en la antología ''El cielo a medio hacer'' que publicó el año pasadoy con el reciente ''Deshielo a mediodía'', componen un recorrido completo por su obra.  Uno de sus poemas más conocidos es ''Soledad''.

En 1990, Tranströmer sufrió una hemiplejía que afectó a su capacidad en el habla pero que no le impidió seguir escribiendo. Dieciséis años antes de que esto sucediera, el poeta previó lo que iba a ocurrir en uno de sus poemas más sobrecogedores, Bálticos.

"Entonces llega el derrame cerebral: parálisis en el lado derecho
con afasia , solo comprende frases cortas,
dice palabras inadecuadas.
Así no alcanzan ni el ascenso ni la condena.
Pero la música permanece, sigue componiendo en su propio estilo".

Con información de El Periódico y El País