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Cultura | Polvo, escurrimientos de agua y fisuras dañan frescos

Murales de la Biblioteca Iberoamericana requieren intervención

El deterioro que se observa hasta el momento es superficial y el estado general de las obras no es grave, asegura especialista

Por: EL INFORMADOR

En uno de los murales ubicado en la nave central de la Biblioteca Iberoamericana, se aprecian las fisuras provocadas. E. BARRERA  /

En uno de los murales ubicado en la nave central de la Biblioteca Iberoamericana, se aprecian las fisuras provocadas. E. BARRERA /

GUADALAJARA, JALISCO (12/ENE/2011).- Desde hace 20 años en que fue inaugurada la Biblioteca Iberoamericana “Octavio Paz”,  los murales de David Alfaro Siqueiros y Amado de la Cueva, que se encuentran en el interior, no han recibido mantenimiento, por lo que ahora el tiempo, el polvo y la humedad comienzan a hacer de las suyas, aunque en términos generales, el nivel de conservación de las piezas es “bueno”. No obstante, hoy en día es posible observar una que otra fisura en alguno de los muros.

Recientemente, Alejandro Canales, director de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), realizó un peritaje superficial a los murales que fueron realizados el siglo pasado, en la década de los veinte, tras el cual se detectó que “requieren una limpieza, además de que hay que verificar la azotea, con la intención de prevenir filtraciones de agua para evitar la humedad”.

Durante un recorrido y tras realizar la toma de algunas fotografías, en detalle se aprecia la pintura deslavada, presencia de polvo, fisuras y la huella de escurrimientos de agua provenientes de alguna de las cúpulas.

Asegura que si bien los problemas que comienzan a presentar las obras de Siqueiros y De la Cueva no son graves, “hay que evitar que se deterioren más y que esto se convierta en una urgencia. Una vez que se hayan limpiado los murales, valdría la pena tener un programa de conservación”.
Sin embargo, a decir de Luz Elena Martínez Rocha, administradora de la Biblioteca Iberoamericana “Octavio Paz”, desde hace un par de años se ha solicitado al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recursos para rehabilitar las obras de ambos artistas plásticos que, por cierto, están catalogadas como Patrimonio de la Nación. La respuesta no ha sido positiva.

“Desde hace dos años, cuando detectamos que los murales de la nave central comenzaban a presentar polvo, solicitamos al INBA el apoyo, pero desgraciadamente nos han dicho que no tienen dinero y que esperemos al próximo año. Acudimos en 2010 otra vez y recibimos la misma respuesta, vamos a ver este año si el presupuesto les alcanza y nos pueden destinar recursos para de una vez revertir el deterioro”, explica.

Martínez Rocha afirma desconocer a cuánto ascendería el monto para intervenir la obra de Siqueiros y De la Cueva, “pero definitivamente es una inversión que con el presupuesto con que cuentan la las coordinaciones de Bibliotecas y la General Académica –dependencias de la Universidad de Guadalajara a las que se encuentra adscrita la Biblioteca Iberoamericana– no alcanza a cubrirse”.

Los altos índices de contaminación que concentra el primer cuadro de la ciudad y las vibraciones que provocan el tráfico, así como el paso del Tren Ligero –casi por debajo del inmueble ubicado en Plaza Universidad– se han reflejado en los últimos años a nivel superficial de los murales.

“Afortunadamente, por uno de los costados de la Biblioteca, es decir la calle Pedro Moreno, es peatonal, eso  sin duda es conveniente para las obras; pero por el otro lado tenemos el tráfico del Centro, que además de ser muy pesado y con alta densidad, provocan altos niveles de contaminación, además de la presencia del Tren Ligero, que no es para menos”, indica el director de la ECRO.

A ello hay que agregar que desde hace 20 años, cuando se inauguró la biblioteca que lleva el nombre del poeta mexicano Premio Nobel de Literatura 1990, fue la última intervención que se realizó a los murales, la cual estuvo a cargo del restaurador Eliseo Mijangos, quien en dos ocasiones ya ha reparado murales de José Clemente Orozco.

El ingreso de Jalisco al muralismo

David Alfaro Siqueiros y Amado de la Cueva pintaron los murales en 1925, fecha en que el Estado se integró al movimiento muralista que entonces estaba abanderado por Diego Rivera y posteriormente se sumaría el jalisciense José Clemente Orozco.

La idea que dio origen a los murales del ala mayor se aparta audazmente de la pintura en boga. No relata anécdota alguna, sólo muestra series de objetos y símbolos. Los temas centrales son el trabajo y la Revolución Mexicana.

Sobre la puerta principal, Amado de la Cueva realizó una alegoría en homenaje a Emiliano Zapata, custodiado por dos campesinos que sostienen inclinados sus aperos de labranza.

La técnica que utilizaron tanto Siqueiros como De la Cueva, es al fresco, es decir, que se pinta directamente sobre el muro sin fraguar, por secciones, según la complejidad de la pieza.

Celebrarán aniversario con publicación

Para celebrar el vigésimo aniversario de la Biblioteca Iberoamericana “Octavio Paz”, Luz Elena Martínez Rocha informa que realizarán una edición especial que aparecerá en julio próximo, la cual estará disponible para todos sus usuarios, también en sistema braille.
“Son 20 años y es una fecha que no queremos dejar pasar así nada más, por lo que en la Coordinación General Académica están preparando una publicación especial”, señala.

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