Cultura | El editor y periodista nos habla acerca de su novela 'Hipsteria' Los hipsters, un mundo aparte A través de su libro, Garza Lau habla de esta 'subcultura' a la que considera tolerante en muchos aspectos pero intolerante en otros Por: EL INFORMADOR 20 de mayo de 2014 - 00:29 hs El autor de Hipsteria planea escribir otra novela acerca de la historia de sus abuelos maternos. / CIUDAD DE MÉXICO (20/MAY/2014).- “¿Volteo para allá o para allá?”, pregunta Ricardo Garza Lau al fotoperiodista, quien, con el índice en el obturador le indica que mire hacia el lente de la cámara. Arrellanado en un sillón morado puesto en el vestíbulo de un hotel tapatío, el autor de la novela Hipsteria (Planeta, 2013), cree que está en un bar de Las Vegas y no en un pedazo de Guadalajara. “Esta decoración qué”, dice cuando ve una escultura. Cuando se levanta para dirigirse al sillón anaranjado en donde se llevará a cabo la entrevista, Garza Lau se acomoda los anteojos de pasta y da un trago a la botella cuyo contenido, agua, está a punto de acabarse. El editor y periodista cuenta que cuando trabajaba en la revista "Gatopardo", cuyas oficinas están ubicadas en la Colonia Condesa, en la Ciudad de México, conoció a los hipsters. Estos personajes lo sorprendieron por vivir en un mundo aparte. Eran tolerantes con el aborto, el matrimonio homosexual, pero intolerantes con quien estaba fuera de su mundo. A pesar de que vio en ellos a personas cultas e inteligentes, le llamó la atención su ingenuidad al pensar que las elecciones de 2012 se definirían a través de Twitter. Garza Lau dice que se aventuró a escribir la historia cuando recibió la llamada telefónica de un editor, quien le pidió que experimentara con la escritura de una novela. El ahora escritor mexicano pensó en burlarse, a través de su personaje Sal Thomson, de la arrogancia de los hipsters, que desde su perspectiva aparecieron desde hace unos tres años en la Colonia Roma y Condesa. —¿Qué diferencias observas entre los hipsters de hoy y los que aparecieron en los años cuarenta del siglo XX? —Los que aparecieron en los años cuarenta tenían un discurso en contra del capitalismo, un discurso que trataban de hacerlo real, y los de ahora más bien abrazan al capitalismo disfrazado como de una vena alternativa. Por un lado odio a Starbucks y a McDonalds, pero por el otro estoy comprándome un iPad, que es también el capitalismo descarnado. —¿Los hipsters tienen un discurso en contra de algo? —Sí, pero es un discurso muy contradictorio. La crítica de los cuarenta tenía mayor sustento. La crítica actual está sobre arena movediza. Es muy fácil que se caiga porque hay una incoherencia evidente. Mi personaje tiene miles de cuestiones contradictorias: por un lado, ser vegano y estar en contra de los autos que contaminan, pero por otro, tratar de viajar lo más posible en avión a Portland o Nueva York. No importa tanto tener el discurso sustentado. Es una generación donde los discursos se desvanecen muy rápido. Antes no, antes era luchar por esa bandera hasta el final. —¿Qué fue lo más difícil al momento de escribir Hipsteria? —La disciplina fue lo más difícil. Un montón de escritores o gente que ha escrito cosas más largas te dice que lo difícil es darte el tiempo para sentarte y hacerlo. Lo segundo es la autoedición, porque yo soy más editor que escritor. Hacía algo el lunes y el martes lo leía y pensaba que era pura basura. —¿Cómo te ha tratado la crítica? —Cuando tú escribes un reportaje en una revista o en un periódico estás ante quien lo lee con una visión de “él me quiere informar algo”, pero cuando haces una novela entras a una arista de la crítica mucho más extrema. Sin leerla, hay gente que escucha el tema y dice que no le interesa. Del lado de la gente que la ha leído hay de todo. Es un tema que no causa mucha empatía, causa mucha más empatía escribir de migrantes, violencia, narco y cosas que son muy conflictivas. El hipster no es un conflicto nacional. Es un tema que va a pasar. Hacer un retrato de un momento se me hizo válido y padre. —¿Tienes planeado escribir otra novela? —Ahora estoy empezando a trabajar la historia de mis abuelos maternos. Mi abuelo estuvo en la Segunda Guerra Mundial, en Alemania, cuando tenía como 13 años. Después migró a Estados Unidos y llegó a México. Se hizo científico, misionero, descubrió como 200 especies diferentes de cactáceas y él y mi abuela tuvieron una vida muy ajena a la que tenemos ahora. Quiero contar esa historia. Al final mi abuelo tuvo problemas. Terminó exiliado en Belice, viviendo solo en medio de la selva. Es una larga historia. SABER MÁSSu experiencia Ricardo Garza Lau trabajó en el diario Reforma y la revista de viajes Bleu & Blanc antes de coordinar la versión web de Gatopardo. Ha sido participante y relator de talleres de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y ha colaborado en publicaciones del Goethe-Institut Mexiko. Actualmente es el editor de home page de MSN México, la página de noticias de Microsoft. FRASE "Mi personaje tiene miles de cuestiones contradictorias: por un lado, ser vegano y estar en contra de los autos que contaminan, pero por otro, tratar de viajar lo más posible en avión a Portland o Nueva York". Ricardo Garza Lau, editor y periodista. LAS POSTURAS DE RICARDO GARZA LAU¿Qué son para ti los hipsters? Es una subcultura cuyo valor más importante es ser diferente al resto, pero termina siendo idéntica. La lucha real del hipster es por poder trascender en su entorno, demostrando que es diferente, que es más creativo, que consiguió una Mac más rara, que encontró una nueva aplicación... y todo esto en una época de redes sociales y demás que hace que se difunda más. En términos generales, (el hipster) es alguien que además se cree progresista, se cree tolerante por un lado, pero por otro lado es súper intolerante con otras cosas. ¿De qué forma quisiste perfilar a los hipsters en esta novela? Había elementos que conocía y otros que desconocía. Yo jamás tuve nada que ver con una agencia de publicidad. Platiqué con dos publicistas digitales, jóvenes, y me explicaron cómo era toda esa dinámica. Lo que yo quise abordar, en resumen, fue la vertiente más exagerada de un hipster dentro de la publicidad digital. Sal Thomson es un personaje nacido en los años ochenta. Tuvo una infancia y una adolescencia bastante común. De pronto, se da cuenta de que tiene ideas diferentes. Utiliza herramientas de internet y escala. De ser una persona común pasa a sentirse alguien importante y valioso. Es la historia de su ascenso y luego de su caída cuando se acerca a los treinta años. ¿Consideras que los hipsters son personas conscientes de las problemáticas del país? Sí son conscientes, y mucho. El hipster promedio no es nada tonto. Es un tipo culto, que lee, estudia, está interesado en lo que ocurre en el mundo, pero la lucha social para tratar de cambiar es muy acotada. Es una lucha de amigos en un entorno muy seguro, que es la red social. Un entorno en el que estoy detrás de mi computadora, en calzones, tomándome una cerveza y soy súper activista, pero en el momento de tomar la calle, de protestar frontalmente y hacer realmente cosas que sean más tangibles, ahí se detiene y se regresa al micromundo de las redes sociales, de la colonia o barrio en el que vives y se acabó. Temas Literatura Novela Lee También László Krasznahorkai: Libros para adentrarse al mundo del nuevo Nobel de Literatura ¿Cuánto cuestan y dónde comprar los libros del Nobel de Literatura 2025? Otorgan Premio Nobel de Literatura al húngaro László Krasznahorkai Colocan a mexicana entre las favoritas para el Nobel de Literatura 2025 Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones