La mirada social de Raúl Ortega

CUBA.- El trabajo de Raúl Ortega no se puede reducir a una serie fotográfica. Su obra va más allá, porque muestra a un país pobre, sueños frustrados, ambiciones y caminos tortuosos.

Un ejemplo es Bailarinas, título de la colección premiada en el Festival Internacional de Documentales Santiago in Memoriam, en Cuba.

Ortega llegó a la fotografía hace 21 años. Desde entonces, su interés no estuvo en el glamour ni en los espectáculos, sino en la crítica social y en la denuncia.

El capitalino incursionó en el fotoperiodismo en rotativos nacionales y en agencias informativas como Reuters, AP y AFP. Algunas de sus imágenes, que han dado la vuelta al mundo, son los retratos del subcomandante Marcos en los años noventa.

Ortega radica ahora en Chiapas, entidad que la ha permitido, mediante su cámara, abordar distintos temas, cuyas imágenes se han expuesto en galerías nacionales y del extranjero.

La serie Bailarinas, nacida en algunos puntos del estado del Sur de México, llegó ya a China y la semana pasada este trabajo compitió con 114 propuestas y obtuvo el gran premio de fotografía en dicho encuentro cubano.

Bailarinas presenta a distintas mujeres mexicanas y centroamericanas cuyo empleo está entre la delgada línea del entretenimiento y la prostitución. 

El acta del jurado destaca que se trata de un trabajo con “una fuerte unidad temática, manejo en su originalidad, calidad estética y buen uso de la técnica fotográfica, con un lenguaje visual directo y testimonial”.

Para Ortega, este reconocimiento es importante porque no cuenta con una dotación económica y lleva el nombre de uno de los grandes documentalistas de la historia latinoamericana, así como por su relación con el pueblo cubano.

– ¿Cómo ha sido el trabajo previo a la serie fotográfica “Bailarinas”?
– Tiene muchos años, aproximadamente seis. Ha sido un trabajo muy difícil por varias situaciones, sobre todo porque es un tema socialmente muy incómodo, que representa a gran parte de México. Es un problema derivado de la pobreza y de la falta de oportunidades de muchas de las mujeres no sólo mexicanas, porque las imágenes fueron tomadas en Chiapas, que es una zona fronteriza. Por ese punto pasan muchas mujeres que buscan el sueño americano; a veces sólo pasan y en ocasiones se les acaba el dinero y tienen que bailar en estos lugares. Algo que he descubierto es que no todas se prostituyen, hay algunas que bailan nada más.

– Al presentar la situación de estas mujeres, ¿cuáles han sido las dificultades como fotógrafo?
– Primero es muy complicado entrar a estos lugares y que te den permiso los dueños, porque está prohibido entrar con una cámara. Son giros negros, pero están dentro de la legalidad, generalmente cuando se han tomado fotografías es porque hay que denunciar ciertas cosas. Cuando por fin te dan permiso para entrar, viene otra dificultad: acercarte a las mujeres, que son terribles, durísimas. Hay que hablarles, invitarles a un trago y explicarles que no es un trabajo para perjudicarlas. Ellas no quieren ser fotografiadas porque sus familias no saben lo que hacen. Como fotógrafo, es un trabajo de confianza mutua. Esta serie aún no está concluida, estoy pensando hacer un libro.

– Algunos expertos señalan que es fácil retratar los problemas de la pobreza porque tienen un rostro, ¿para usted ha sido sencillo?
– Siempre he dicho que sólo hay dos tipos de fotografías: la buena y la mala, retrates a la gente muy rica o muy pobre. Evidentemente, en este país es más fácil retratar a los pobres, porque somos más. A mí me interesa mostrar ciertas cuestiones sociales.

– Chiapas es un terreno que usted ha explorado, ¿cuál es su mirada como artista de dicho Estado?
– Cuando venimos de fuera a Chiapas lo vemos como un gran tesoro fotográfico. Hay miles de cosas por capturar, pero cuando ya vives aquí te das cuenta que es un Estado pobre con pocas posibilidades para hacer cosas. Parte de lo que hago aquí es porque quiero, pero tengo que salir también.

Mayra Torres de la O

FRASE
“La fotografía es una manera de vivir, de ver el mundo y a la vez de ser cómplice”. Raúl Ortega, fotógrafo.

PERFIL

Detrás de la lente

Raúl Ortega nació en la Ciudad de México, en 1963. Ha destacado por su trabajo como fotoperiodista y documentalista. Algunos de los libros que reúnen su obra son Pabellón cero, De fiesta, Cartagena, semana de pasión y otros títulos de carácter colectivo. Sus fotografías son parte de varias colecciones como de la Wittliff de la Universidad Estatal de Texas del Sudoeste, el Museo de Arte Moderno de la capital del país, la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) y el Centro de la Imagen.

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