Jueves, 09 de Octubre 2025
Cultura | El escritor resalta que en su libro, las historias exigentes e inmediatas se entreveran

Esquinca presenta historias exigentes en 'Mar Negro'

El escritor resalta que en su libro de cuentos, las historias exigentes e inmediatas se entreveran

Por: EL INFORMADOR

Para el escritor tiene la misma importancia lo que se cuenta y la forma en que se cuenta. EL INFORMADOR / ARCHIVO

Para el escritor tiene la misma importancia lo que se cuenta y la forma en que se cuenta. EL INFORMADOR / ARCHIVO

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2014).- Hay historias a las que no hay que darles muchas vueltas y hay que sentarse a escribirlas porque si no se esfuman. Y hay otras historias más exigentes que necesitan tiempo e investigación, afirma el escritor Bernardo Esquinca, quien resalta que en su libro de cuentos "Mar Negro" ambos tipos de historias se entreveran.

Para el escritor tiene la misma importancia lo que se cuenta y la forma en que se cuenta. En su proceso creativo a veces aparece primero la idea y después se pone a pensar cómo va a contar la historia. Como en el cuento "Como dos gotas de agua que caen en el mar", que fue una historia más inmediata cuya idea no requirió mucha elaboración.

"Yo pasaba diario por un edificio de la calle Revillagigedo del Centro Histórico (de la Ciudad de México) que tenía un letrero de 'Se renta'. Quise llamar y era imposible rentarlo: nunca había nadie, nadie contestaba, te citaban y no llegaba el abogado. Me vino esta idea de ¿por qué hay un edificio que aparentemente se renta, pero al parecer algo detrás impide que se rente? Esa era una idea más inmediata y lo único que tuve que hacer fue ir al edificio y meterme para ver la arquitectura, los pasillos, pero de ahí en fuera me senté y lo escribí".

Sin embargo, Esquinca pone de relieve que a veces hay ideas más complejas que requieren de una investigación periodística o hemerográfica. Uno de los cuentos que necesitó varias pausas para que lograra "acomodarse" fue "La otra noche de Tlatelolco".

En este cuento, Esquinca desechó la idea de un combate entre una liga extraordinaria de la imaginería mexicana y los estudiantes que, tras ser asesinados en Tlatelolco, revivían como zombis. En cambio, intentó darle la vuelta a la historia con un final distinto en el que mezcló la historia de dos novios que se separan durante la masacre y tienen que batallar con los estudiantes asesinados en la plaza que se convierten en muertos vivientes.

EL INFORMADOR / GONZALO JAÚREGUI

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