Entre la razón y el instinto

GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2013).- Para Guadalupe Nettel la literatura ha sido desde siempre una ruta de escape, un lugar a donde ir cuando el exterior abruma.

Gran parte de esa sensación y del hecho de ser escritora se lo debe a su etapa escolar, cuando sufría de bullying entre sus compañeros por el problema de vista que siempre la ha aquejado. A raíz de esa situación, Nettel dejó volar su imaginación a manera de venganza. No creía que nacía en ella la vocación de escritora.

“Escribía cuentos para vengarme de mis compañeros de salón. En las historias los perseguían momias o sufrían accidentes de barco. Cuando la maestra me pidió que los leyera delante de todos, creí que iban a odiarme, pero lejos de eso les encantaba ser protagonistas. Fue ahí cuando descubrí mi papel dentro del universo de la escuela: yo era la contadora de historias”.

Su más reciente libro El matrimonio de los peces rotos, recibió el Premio Rivera del Duero. A través de los cinco relatos que componen esta obra, la escritora encuentra similitudes entre las relaciones animales y las humanas, entre el instinto y la razón, entre las dinámicas de pareja y los encuentros con las mascotas.

“Los animales que elegí tienen que ver con lo soterrado, con lo sigiloso, lo que no pasa muy en la superficie. No son animales luminosos como los caballos o los pájaros, viven debajo del agua o de la tierra, y eso tiene que ver las emociones incómodas, con las vivencias que no nos gusta asumir”.

En los relatos, los personajes se encuentran en una disyuntiva de vida y aprenden de sí mismos viendo a sus mascotas, entre las que se encuentran peces y gatos.

FRASE

"Escribía cuentos para vengarme de mis compañeros de salón. En las historias les caían maldiciones egipcias "

Guadalupe Nettel