Entre la historia y la ficción, Silvia Molina

GUADALAJARA, JALISCO (10/OCT/2011).- La tradición oral que mantuvo la familia de la escritora Silvia Molina fue uno de los aspectos que marcó su vida y la llevó a caminar por la historia y la literatura. Por 35 años de trayectoria y por su cumpleaños número 65, la autora nacida en la Ciudad de México será reconocida  mañana en el Palacio Nacional de Bellas Artes.

Su trayectoria ha transitado por la novela, el cuento, el ensayo, la crítica literaria, el teatro, la crónica y la literatura infantil, para hablar de eso estarán presentes los escritores Hernán Lara Zavala, Adolfo Castañón, David Martín del Campo y Rafael Pérez Gay, quienes consideran a Silvia Molina como una de las voces más importantes de la literatura contemporánea mexicana.  

El reconocimiento, que está enmarcado en el ciclo “Protagonistas de la Literatura Mexicana”, tiene contenta a la autora de La mañana debe seguir gris. “Estoy muy agradecida con el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Conaculta –Consejo Nacional para la Cultura y las Artes- porque de pronto no te das cuenta que vas a cumplir tantos años ni que has trabajado un ratito, cuando me lo propusieron dije que era una oportunidad para festejarme algo porque yo nunca me he festejado nada, provengo de una familia en que no se festejaba ningún cumpleaños”.

Para la escritora este homenaje es una manera decirles a sus hijas y esposo que el tiempo frente a la computadora no fue en vano. Silvia Molina ha recibido importantes galardones como el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 1997 y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 1998, que otorga la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara.

Dos vocaciones

La historia es una de las materias que atrae a la autora, quien estudió primero Antropología y luego Literatura y Lenguas Hispánicas, y se nota en obras como Matamoros, el resplandor en la batalla (Grijalbo, 2010); así como en su reciente entrega de literatura infantil Álbum de la Patria, Campeche en el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, la cual fue reconocida con el Premio Antonio García Cubas 2011, otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la categoría de Literatura Infantil y Juvenil.

“Es un libro interactivo para niños, pensado en agradarle a los niños para que aprendan la historia de una manera distinta, más bien divirtiéndose”, señaló en entrevista con este diario Silvia Molina, quien desde sus primeros textos se propuso alejarse de las aburridas clases de historia. Recordó que en la novela La familia vino del norte encontró este recurso a partir de la voz de una narradora que cuenta la vida de su abuelo a un periodista. “Vine la historia dentro de la historia”.

Entre los planes de la autora está comenzar a escribir una historia sobre piratas, “porque vengo de un estado, que es Campeche, donde los piratas azolaron  a los pobladores, entonces quiero hablar de uno de los ataques y más cruentos que hubo en la historia de mi estado, pero otra vez me cuestiono sobre qué punto de vista abordar porque yo quiero hacer una historia contemporánea”.

De su trabajo como autora de libros infantiles consideró que es uno de los más bonitos y “es mucho más difícil que escribir una novela o un cuento porque primero no tienes que perder a tu lector en tu primera página. Los niños abandonan el libro, se van a jugar y se acabó el asunto, no lo vuelven a abrir –el libro- para ver si se compone”.

Silvia Molina presentará durante la FIL Rimas del tiempo, un título dedicado a los pequeños lectores, pero antes el homenaje en Bellas Artes.

PERFIL
La autora

Silvia Molina nació en 1946. Estudió Antropología y Literatura y Lenguas Hispánicas. Es escritora, editora, crítica literaria y profesora visitante en universidades de Estados Unidos. Ha radicado en Francia, Inglaterra, Bélgica y Estados Unidos. Como autora ha incursionado en casi en todos los géneros literarios, sólo le falta la poesía, y ha recibido infinidad de premios como el Xavier Villaurrutia, el Nacional de Literatura Juan de la Cabada, el Sor Juana Inés de la Cruz y el Leer es vivir.