Sábado, 11 de Octubre 2025
Cultura | El hecho ocurrió el 21 de febrero de 1978

El INAH recuerda los 33 años des descubrimiento de la Coyolxauhqui

Marcó un cambio en la historia de la Ciudad de México

Por: NTX

A partir de dicho hallazgo se exploró sistemáticamente el área que ocupó el corazón de la ciudad de Tenochtitlan.  EL UNIVERSAL  /

A partir de dicho hallazgo se exploró sistemáticamente el área que ocupó el corazón de la ciudad de Tenochtitlan. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (18/FEB/2011).- A celebrarse el próximo lunes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recordó hoy el 33 aniversario del descubrimiento del monolito de la Coyolxauhqui, ocurrido el 21 de febrero de 1978.  

En un comunicado, recordó que en esa fecha trabajadores de la cuadrilla 303 de Luz y Fuerza del Centro encontraron en las calles de Argentina y Guatemala, en el Centro Histórico de esta ciudad, el monolito de la Diosa de la Luna, hecho que fue el detonante del Proyecto Templo Mayor del INAH.  
Con un diámetro de 3.25 metros, 30 centímetros de espesor y ocho toneladas de peso, la máxima representación escultórica de la Coyolxauhqui marcó un cambio en la historia de la Ciudad de México.  

Cuando fue descubierto el monolito, los arqueólogos no sabían si la figura que estaba plasmada correspondía a Quetzalcoatl o la Coatlicue, este desconocimiento hizo que los expertos se volcaran a las fuentes históricas para definir quién era esa extraña deidad.  

Uno de los conocedores de la cultura mexica, el arqueólogo Felipe Solís, dijo en entonces que 'se veía un brazo y otros elementos de dioses de la muerte, pero cuando la fuimos limpiando y aparecieron sus rasgos especiales en el tan bello relieve de la pieza' fue identificada como la Coyolxauhqui.  
La fascinación que ejerció en su momento el hallazgo estuvo determinada en gran medida por las condiciones en que se encontró la pieza, 'llegó intacta a la actualidad, se reservó para todos nosotros', aseguró el arqueólogo Raúl Arena, quien ha estudiado la historia del México prehispánico  

A partir de dicho hallazgo se exploró sistemáticamente el área que ocupó el corazón de la ciudad de Tenochtitlan.  

El Proyecto Templo Mayor y el Programa Arqueología Urbana, impulsados por el INAH, han investigado 13 mil metros cuadrados de la parte central de la ciudad mexica, lo que ha dado hallazgos importantes, como en 2006 el monolito de Tlaltecuhtli, Diosa de la tierra.  

El profesor y fundador del proyecto, Eduardo Matos Moctezuma, aseguró que el descubrimiento de la Coyolxauhqui y el de Tlaltecuhtli 'marcan el alfa y omega del Proyecto Templo Mayor'.  

Para los historiadores y arqueólogos, el mito que cuenta la lucha de los hermanos Hitzilopochtli y Coyolxauhqui, hijos de la Coatlicue, corresponde con la lógica en la que fue encontrado el monolito, pues ésta se hallaba al final de las escaleras de Templo Mayor.  

Dicen algunos historiadores que cuando había sacrificios al Dios del Sol, Huitzilopochtli, el corazón de los mexicas era extraído para honrar a la deidad en la cúspide de la pirámide, mientras que el cuerpo de los sacrificados se arrojaba por las escaleras, teniendo este contacto al final con Coyolxoauhtli, su hermana.  

La inexistencia de construcciones en donde hoy emergen los vestigios del Templo Mayor, relaciona de un modo distinto a las generaciones contemporáneas con un espacio que ya es impensable sin la evidencia del pasado prehispánico, lo que transforma de manera definitiva el rostro de la zona centro del Distrito Federal.

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