Danza desde las entrañas

GUADALAJARA, JALISCO (20/MAY/2010).- Un gran despliegue corporal y la poesía de la danza butoh en el espectáculo El Hallazgo, transportó al público tapatío reunido ayer en el Teatro Degollado, a un viaje a más de nueve mil años atrás.

Tres actores en escena de la Compañía Gajuca convertidos en momias reflejaron la fragilidad de la existencia humana en un espectáculo completamente audiovisual y sensitivo, en el que el cuerpo es llevado al extremo de sus posibilidades tanto en emociones como en capacidad corporal. Desde el principio -y en todo momento- el montaje escénico rompió con el blanco tradicional del butoh y utilizó colores grisáceos, rojos y alguno que otro blanquecino, según las tonalidades características de los cuerpos momificados.

Los más de mil 200 espectadores que fueron testigos de El Hallazgo compartieron el dolor de la muerte, la sed, el hambre, el nacimiento y la perpetuidad de las momias creadas por la pluma del dramaturgo, actor y director de este montaje, Juan José Olavarrieta Gómez.

Las contorsiones, los movimientos compulsivos, las expresiones guturales y el vestuario jugaron un papel importante dentro de la obra para adentrar al espectador en la cultura pre-cerámica de los Chinchorros.

La historia es el último largo día de vida de Solaria, Erina  y Dorán, tres habitantes de esta antigua civilización africana que cuentan cómo al morir quedan convertidos en los diferentes tipos momias que existieron en esta cultura: negras, rojas y blanquecinas.

La danza incluye ritos mortuorios de este pueblo, donde la muerte es vista como un compartir entre vivos y muertos, contrario a la visión de la civilización occidental.

Para Julieta Marón, productora y locutora de Radio Universidad de Guadalajara, El Hallazgo fue “interesante porque los bailarines tienen mucha introspección, trabajo interno y remiten a épocas que no vivimos, de cuando el hombre todavía no hablaba y se comunicaba a través de la voz, lo gutural, el canibalismo. Me gustó mucho porque no es algo superficial”.

Por su parte Sara Corona, una de las asistentes al Teatro Degollado, se limitó que “el mensaje humano” es lo que rescata del montaje.

La bailarina Helene Ladrón de Guevara comentó que El Hallazgo es fabuloso porque “encontramos una expresión de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro; rompe con toda la filosofía occidental este tipo de danza, porque es muy contenida, pero al mismo tiempo sumamente expresiva: sale de las entrañas, es abierta, explosiva y a la vez completamente calculada en los sentimientos”.

Agregó que los danzantes recorrieron desde el dolor hasta el amor. “Se sentía el canibalismo, el dolor de cuando se hacía el trabajo de la momificación. Hubo momentos en que casi devuelvo el estómago”.

EL INFORMADOR/OMAR CASTAÑEDA