Jueves, 18 de Abril 2024
Cultura | El vate mexicano ganó del Premio Xavier Villaurrutia, en 1972

Conaculta se pone a ''Leer poesía'' con Gabriel Zaid

En esta obra galardonada, el autor afirma que para juzgar un poema hay que leerlo, actuarlo, dividirlo

Por: NTX

Zaid señala en esta publicación que los poetas pueden lograr la indiferencia cada vez más solícita del público. ESPECIAL  /

Zaid señala en esta publicación que los poetas pueden lograr la indiferencia cada vez más solícita del público. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (24/ENE/2012).- En el marco del 78 aniversario del nacimiento del escritor mexicano Gabriel Zaid, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) recuerda su obra "Leer poesía", ganadora del Premio Xavier Villaurrutia, en 1972.  

En esta obra galardonada, el autor afirma que para juzgar un poema hay que leerlo, actuarlo, dividirlo, reconocernos a nosotros mismos expresados en esa actuación que, tanto por parte de nosotros como del poema, puede ser importante o fallida.  

"Negarse a ser lo venidero que todo auténtico poema espera, esa posteridad viva, es negarse a la poesía misma. Todo juicio final se excomulga asimismo del poema que está hablando solo", expresa el también ensayista.  

Zaid señala en esta publicación que los poetas pueden lograr la indiferencia cada vez más solícita del público, en tres etapas de renombre: la primera de éstas cuando su nombre es desconocido, por ende sus libros no se leen; la segunda es cuando su nombre es tolerado, ninguneado o discutido, lo que lleva a que sus libros no se leen, y finalmente la tercera es cuando su nombre queda establecido y sus libros no se leen.  

Del proceso de creación que enfrenta un bardo, el escritor confiesa que duele que un poeta inspirado pase sin detenerse ante descubrimientos posibles, desatendiendo su propia sensibilidad.  

"Ya sabemos que la disciplina es importante, son los poetas ineptos, que desdeñan la forma, los que se condenan a sufrirla, a quedar atrapados en el querer decir que no dice" apunta.  

En "Leer poesía" Zaid menciona que la poesía es juicio, conciencia recreable en la lectura del poema. Pero las antologías son recibidas como el juicio final, que en su opinión, representan en realidad el cese del juicio, el del poema, convertido en cosa de la cual se habla, pero no se escucha.  

"Si el poema es habitable y vivo, recreable por la lectura, lo seguimos haciendo, continuamos la obra de su primer lector: el autor. Un poema es como una partitura musical" expresa.  

Respecto a las antologías, el escritor mexicano señala que por lo general el poeta más joven de uno de estos textos se encuentra en una posición singular, en una suerte de punto de corte que puede moverse, ya sea para excluirlo o para reconocer de una buena vez que merece figurar.  

"Y puede haber un consenso por el cual una serie de antologías terminan todas en la misma persona, convertida así en el poeta más joven casi en forma profesional" agrega.  

En esta publicación el vate mexicano recuerda que en los años 50 el poeta joven de México fue Marco Antonio Montes de Oca, nacido en 1932; en los 60, Homero Aridjis, 1940, mientras que en los 70 nadie ocupó ese lugar.  

"Había una multitud de poetas nacidos en mil novecientos cincuenta y tantos, pero no un nombre consagrado como último vástago de la dinastía poética mexicana", precisa.  

En el apartado "Un espíritu expecional", el autor menciona que la aparición de Octavio paz en la cultura mexicana ha sido un milagro: "la subió de nivel en una sola vida, como esos árboles que de pronto empiezan a echar ramas y a crecer más allá de lo esperado, hasta cambiar el paisaje mismo, del cual se vuelven símbolos".

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