Jueves, 25 de Abril 2024
Cultura | Stands reportan que hubo mejores números el año pasado; ni la venta nocturna ayudó

Ausencia de ''taquilleros'' golpea ventas en la FIL

Stands reportan que hubo mejores números el año pasado; ni la venta nocturna aumentó sus ventas

Por: EL INFORMADOR

Ni los gentíos de la venta nocturna sirvieron para mejorar las ventas de algunos de los stands, según sus encargados. A. CAMACHO  /

Ni los gentíos de la venta nocturna sirvieron para mejorar las ventas de algunos de los stands, según sus encargados. A. CAMACHO /

GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2010).- La ausencia de ciertos escritores “taquilleros” fue una de las razones por las cuales este año algunos expositores vieron “desangelada” a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. De hecho, algunos de ellos sugirieron que estas ausencias influyeron en sus ventas, un diagnóstico que ofrecen incluso después de la venta nocturna del viernes, con la que esperaban recuperarse.

Entre los autores extrañados, algunos expositores señalaron al flamante Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y al mexicano Carlos Fuentes, quienes cancelaron su visita pocos días antes de la feria; José Emilio Pacheco, estrella del año pasado cuando ganó el Premio Cervantes; Gabriel García Márquez, habitual visitante de la FIL Guadalajara, y los recién fallecidos Carlos Monsiváis y José Saramago.

Grupo Santillana fue el expositor que mejores ventas captó en la venta nocturna de 2009, pero esta vez sus ventas cayeron 12 por ciento. “Es una buena estrategia la venta nocturna para quienes no pueden venir durante el día porque trabajan o tienen otras ocupaciones, pero este año, aun con la aplicación del precio único que propone la Ley del Libro, no levantó las ventas”, explica Esteban Jiménez, encargado del stand en el recinto ferial, que entre sus autores más vendidos anuncia a Mario Vargas Llosa (El sueño del celta), Xavier Velasco (Puedo explicarlo todo), Tonya Hurley (Ghostgirl), Guillermo del Toro (Oscura) y Carlos Fuentes (Vlad).

Incluso, advierte que la gente tiene que sacarse de la cabeza la idea errónea de que durante los nueve días que se desarrolla la FIL los libros se pueden conseguir a un precio más barato: “Hay quienes bajan sus precios del catálogo, pero ahora, con el precio único, es innecesario. El libro que busques, y que te cuesta aquí 150 pesos, en Yucatán te va a costar lo mismo”.

De la magia a la crisis

Alberto Gómez, supervisor del stand del grupo Océano, esperaba “que hubiera más tumulto que el año pasado, pero quizás los coletazos de la crisis económica siguen pegándole a las familias mexicanas y a las instituciones, porque no hemos tenido las ventas de años atrás o inclusive como la del año pasado, cuando se hizo la primera venta nocturna”.

La saga de Harry Potter, series infantiles o autores como Jorge Mucay y Sergio Cermeño apuntalan las ventas del consorcio editorial, “aunque tampoco su magia nos va a poner en números negros este año”.
Sin colapsos y con pocos tropiezos, los visitantes han podido recorrer los pasillos del recinto ferial casi sin problema. Quizás los días que mayor visitas tuvo la FIL fueron jueves y viernes, cuando asistieron grupos escolares.

Dentro de los stands, la gente se arremolina y hace largas filas en las cajas, “pero, mira: llevan un libro. Son muy pocos los clientes que se llevan más de un título. No digamos instituciones como universidades y colegios que han venido a actualizar su catálogo, pero tampoco están comprando las cantidades de antes, lo que en gran medida tiene que ver con internet, porque ahora cualquier material didáctico, académico, lo puedes encontrar en internet para descargar por la vía legal o no”, lamenta Andrés Castillo, agente de ventas de Ediciones B.

Quien no se queja es Víctor Tejeda, supervisor en Tusquets Editores, sello que el pasado viernes, durante la venta nocturna, ofreció parte de su catálogo con 40 por ciento de descuento, lo que provocó que sus ventas se incrementaran hasta 18 por ciento.

“Nuestra carta fuerte sigue siendo Haruki Murakami, (además de) Trino, Quino, Élmer Mendoza y (Jean-Marie Gustave) Le Clézio, aunque de él vendimos bastante mientras estuvo en la FIL, porque, después de que se fue, no se han movido sus obras igual”, señala.

Quejas e impresiones

Las publicaciones de instituciones como El Colegio de México también recurrieron a la frase “estuvo mejor el año pasado. No sé si fue la economía de la gente, que, claro, antes que leer un libro piensa en qué comer al día siguiente, pero tampoco es para llorar. Vamos a ver cómo cerramos”, expresa con esperanza Israel Ochoa, encargado del stand de la institución en la FIL, quien agrega que Cómo escribir un artículo académico en 12 semanas, Políticas públicas y Por qué reprimen la democracia son el top tres de ventas de sus publicaciones.

Otro que tampoco se queja, pero hubiera deseado regresar con su jefe y decirle que sus ventas en la FIL fueron un éxito, fue Luis Bañales, gerente de ventas en Planeta, quien lamenta que ni Arrebatos carnales I y II, de Francisco Martín Moreno, o La cabaña, de WM Paul Young, pudieron mejorar sus reportes de ventas.
No obstante, nadie, hasta ayer, tenía un balance puntual de los movimientos que han realizado durante la FIL 2010.

En el Área Internacional, las cámaras de editores, como la de Chile o Argentina también se unieron al lamento generalizado por las editoriales nacionales, al señalar que estuvo mejor el año pasado. Ximena Pizarro, encargada del stand de publicaciones chilenas, expresa que “es algo curioso, pero siempre fue mejor antes en lo que quieras. Hablando de venta de libros, no es lo que esperábamos, pero es lo que hay. No vendimos aquellas cantidades de antes, pero regresaremos el próximo año a ver si mejora la situación”.

Por su parte, Martín Mengucci, encargado de Ferias Internacionales de la Cámara del Libro de Argentina, afirma que “fue mejor el año pasado. Pusimos descuento a algunas publicaciones, pero ni así la gente compraba”.

Hoy quedan sólo diez horas para que la FIL cierre su edición 2010 y las editoriales comiencen el viaje de regreso a su sede y a buscar mayores ganancias, “pero para todos, porque comprar un libro no es un gasto, es una inversión”, concluye Bañales.

FRASES

"No sé si fue la economía de la gente, que, claro, antes que leer un libro piensa en qué comer al día siguiente, pero tampoco es para llorar"

Israel Ochoa, encargado del stand de El Colegio de México

"Son muy pocos los clientes que se llevan más de un título. No digamos instituciones como universidades y colegios, que tampoco están comprando las cantidades de antes, lo que en gran medida tiene que ver con internet"

Andrés Castillo, agente de ventas de Ediciones B.

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