Sábado, 04 de Mayo 2024
Cultura | Latinoamérica Viva

América Latina en la voz de sus escritores

Andrea Jeftanovic, Claudia Amengual, Carola Saavedra, Ezio Neyra y Carlos Oriel Wynter Melo cerraron el programa Latinoamérica Viva.

Por: EL INFORMADOR

De izquierda a derecha: Andrea Jeftanovic, Caludia Amengual, Carola Saavedra, Ezio Neyra, y Carlos Oriel Wynter Melo y Rogelio Guedea.  /

De izquierda a derecha: Andrea Jeftanovic, Caludia Amengual, Carola Saavedra, Ezio Neyra, y Carlos Oriel Wynter Melo y Rogelio Guedea. /

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2012).- Todos vienen de países distintos: Chile, Uruguay, Brasil, Perú y Panamá. Los cinco creen que si hay una palabra que define a la literatura latinoamericana es diversidad. Cada uno tiene una relación particular con la literatura y les obsesionan temáticas diversas. Ellos son Andrea Jeftanovic, Claudia Amengual, Carola Saavedra, Ezio Neyra y Carlos Oriel Wynter Melo, los autores que hablaron este sábado en la última mesa de Latinoamérica Viva en la FIL.

En resumidas cuentas, los autores -moderados por Rogelio Guedea- hablaron de lo siguiente:

Andrea Jeftanovic


Pienso en tres momentos importantes de lectura. La infancia con los cuentos de Marcela Paz; la adolescencia, cuando tomaba libros al azar del estante mi casa, y cuando leí autores como Elías Canetti o Dostoievski; y en 1997, cuando me fui de mochilera por Europa y Medio Oriente, y por azar conocí a Virgina Woolf y Clarice Lispector. Realmente soy lectora bien ecléctica: me gustan desde los clásicos hasta autores híper contemporáneos: teatro, ensayo, poesía. Yo creo la literatura latinoamericana está en un momento muy prolífico y muy diverso. El boom fue muy bueno, pero sus autores se parecían mucho entre sí. Una novedad tal vez que hay bastantes autoras, somos casi mitad y mitad y eso me parece saludable. Me interesa escribir sobre padres e hijos. He escrito sobre parejas desde el punto de vista de los niños y ahora sobre los hijos desde el punto de vista de los padres.

Claudia Amengual

Empecé a jugar con libros antes que con cualquier juguete. Mis padres son médicos y crecí con libros. En Montevideo tuve una educación uruguaya pero me eduqué en colegios ingleses, así que tuve un contacto con la literatura británica fuerte y apasionado. Después volví a la literatura latinoamericana que ahora es la que leo con más placer. Sobre todo porque no hay traducción.

Ahí me he quedado leyendo a Cortázar, Borges, Quiroga, Onetti. En el boom de la literatura latinoamericana había un compromiso político muy fuerte; nosotros somos hijos de la decepción y creo que nuestro compromiso tiene que ver más con valores, con lo micro. El problema en Uruguay es que se imprimen libros con gran velocidad, libros que no tienen compromiso con la literatura, y esto crea lectores perezosos. Hace falta un aparato crítico que fomente una literatura que humanice. Lo último que trabajé fue el tema del miedo y me interesa también el lado oscuro de la maternidad.

Carola Saavedra

Nací en Chile pero muy pronto mi familia se fue a Brasil. Me acuerdo que llegué y me daba mucha vergüenza que mis padres me hablaran en castellano. Estaba muy preocupada en aprender a hablar portugués y ahí empezó mi interés en leer en ese idioma. Desde niña decía que quería ser

escritora. El shock fue cuando leí Rayuela, de Cortázar, y me impresionó porque me di cuenta que no había reglas claras en la literatura. Empecé a leer muyos ensayistas: Piglia, Bolaño, Borges, por supuesto. Creo que me interesó una literatura que mostrara formas nuevas de contar una historia. Que pensara la forma y el contenido. La literatura brasileña parece que no existe en ninguna parte. Viví ocho años en Alemania y creo que hay una visión de que Latinoamérica tiene que hablar sobre Latinoamérica y eso a mí me molesta bastante. En mis novelas me ha interesado el tema de la imposibilidad de comunicarse.

Ezio Neyra

No vengo de una familia de intelectuales, sino de una dedicada al comercio. En mi casa no se leía, pero una tarde llegué de un partido de futbol y me dieron ganas de leer. Fue algo inexplicable. Fui a la biblioteca y escogí por la carátula El Rayo Verde, de Julio Verne. Más tarde leí mucho a Dostoievski, Gógol, Flaubert; esa fue mi primera formación temprana. Empecé a estudiar negocios porque sentía la presión de ser el "heredero", pero a los 20 dejé la carrera y me fui a vivir a Italia. Volví a Lima con la certeza de que quería ser escritor; no veía otro camino para mí. En el

2004 fundé la editorial Matalamanga con tres amigos y nos dedicamos a publicar autores. Yo soy un apasionado defensor de las editoriales independientes porque permite la movilidad de los libros. En el Perú hay más de 25 editoriales jóvenes que permiten que haya mayor diversidad, y

desmitificar que la literatura peruana es toda realista y sobre Sendero Luminoso. Me interesa el absurdo y el tema de la memoria.

Carlos Oriel Wynter Melo


Yo digo que las buenas decisiones se las debo a mi inconsciencia. Soy de Panamá, donde es prácticamente un pecado ser escritor: que te vas a volver loco, que te vas a morir de hambre. Yo tenía una carrera de ingeniería industrial, que se oye mejor como profesión, pero casualmente comenzaron a ocurrir cosas que parecen planeadas pero fueron accidentales. Comencé a leer fábulas, luego novelas policiacas, luego aventuras. Yo diría que por Cortázar empecé siendo cuentista, porque utiliza muchas metáforas, que es para mí el lenguaje más elevado que existe.

Yo creo que la literatura que va a permanecer en el tiempo es aquella donde se encuentra algo que es cierto para la persona de hoy y de mañana. El problema es toda la información que hay sobre la manera en que se debe escribir, pues la literatura debe ser incorrecta, liberadora. Que sea algo que busque trascender y que sorprenda. Yo tengo una búsqueda de las identidades; de las diversas realidades que pueden convivir en una sola mente.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL

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