Sábado, 11 de Octubre 2025
Cultura | El pianista cubano y su cuarteto hicieron gala de sus habilidades musicales

Aldo Lopez-Gavilán seduce al Lunario

El pianista cubano y su cuarteto hicieron gala de sus habilidades musicales

Por: NTX

Un poco de funk, bossa, timba, son, entre otros ritmos, estuvieron a cargo del cuarteto cubano, en el Lunario. ARCHIVO  /

Un poco de funk, bossa, timba, son, entre otros ritmos, estuvieron a cargo del cuarteto cubano, en el Lunario. ARCHIVO /

CIUDAD DE MÉXICO (05/AGO/2012).- Los cientos de asistente al Lunario del Auditorio Nacional fueron hipnotizados por las concordias prodigiosas de Aldo López-Gavilán y su cuarteto. A ritmo de funk, bossa, timba, son, cubop, hardbop, trazos aleatorios y asomos de free, el joven intérprete demostró su estirpe de miembro de la prestigiada "Dinastía Lopez-Gavilán" de músicos cubanos.

El apellido López-Gavilán conforma una leyenda musical en la Isla Mayor de Las Antillas, bajo el liderazgo de Guido López-Gavilán del Rosario --destacado compositor, conductor de orquesta y profesor--, que se complementa con Teresita Junco -pianista y profesora-, madre de Ilmar López-Gavilán Junco, virtuoso violinista residente en Nueva York, y de Aldo López-Gavilán, pianista y compositor de talento extraordinario.

España, Inglaterra, Holanda, Italia, Francia, Santo Domingo y Venezuela han recibido con fervores los trabajos de Aldo, quien se desplaza de lo clásico al jazz y lo popular con cabal carácter interpretativo. Estilo febril como pianista de latin jazz (afrocubano y brasileño) y acreditado solista de música de concierto, galardonado con varios premios internacionales:

Concurso Internacional de Piano Soloist Competition del Trinity College de Londres (2002), Premio Teresa Carreño de Venezuela (1998), y el Cubadisco (2000), entre otros laureles.

Primera visita a tierra azteca. "Venimos de la ciudad de Puebla donde tocamos antier. Nuestra primera noche en este hermoso Lunario en el que se han presentado muchos músicos de mi tierra. Nos esperan dos horas de grata comunicación sonora", expresó el joven pianista al inicio del recital.

Piano solo en un pieza "que me acompaña siempre, durante muchos años, está dedicada a mi primera profesora de piano, Hortensia Huppman y se titula 'De princesas y castillos, y puntos suspensivos'".

Y la noche conjugó con prismas y centelleos de acordes el espacio del calendario lunar: una doncella lo convirtió en fortín para que todos los asistentes se arrebujaran en las armonías. Los puntos suspensivos vendrían después.

Una hora 50 minutos de un aguacero de notas que el cuarteto de López-Gavilán regaló a los preludios de la aurora. Batería (Adrian Lopez-Nussa), bajo eléctrico (Luis Izquierdo), sax alto y soprano (Robertico Martínez). Piano provocador con frondas hancockianas. Batería de crisoles deJohnetteianos. Bajo de apuntes peacockianos Sax en sendas parkerianas.

Funk, songo, timba, reggae, bossa, son cubano, cruces de guajira, apuntes hardbop, cool, y neoclásico en 12 composiciones que absorbieron a los espectadores. Silencio y pasmos ante las improntas del pianista. Aclamaciones en alarmes afectuosos en los tabaleos de la batería. Exclamaciones incontenibles en los silbos del sax. Contoneos corporales en respuestas a los pulsos funkeros del bajo.

Todo concluye con "A mi hermanito lindo", un tema bordado con insinuaciones robadas a Bill Evans, que el pianista emocionado dedica a su hermano el violinista Ilmar, "mi ejemplo, mi estímulo para continuar por este camino de la música".

"Estamos grabando nuestro próximo álbum que seguro se llamará 'De todos los colores y también verde'. Hemos ejecutado casi todos los temas que conforman ese disco que pronto estará en circulación", avisa el líder del cuarteto que se ha robado los resplandores noctámbulos del sábado.

Los espectros tiñen los empalmes. La música cubana en esplendores manifiestos. El público aplaude agradecido.

Una muchacha le dice a su novio a la salida del recinto: "Si siempre fuera así, cada vez que me invitas, te podría querer mucho más".

Afuera, el techo de la noche estaba empalmado con todos los colores. Los retumbos, los ecos reverberantes del piano de Aldo López-Gavilán anulan el ruido del tránsito de la avenida Reforma. El jazz es un albedrío de rumbos sincopados.

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