Akiko y Piñón presentan dueto mestizo

GUADALAJARA, JALISCO.- Un mexicano y una mexicana-japonesa que se dejaron seducir tanto por las danzas del Japón como por las técnicas occidentales en sus años de formación se unieron, ya como artistas consolidados, en In-Yo (ella-ella-él-ella-él-él-ello), donde Irene Akiko lida interpretó un danzón en kimono, acompañada de Diego Piñón, y ambos hicieron gala, anoche, del mestizaje de la danza de dos naciones.

Los dos reconocidos intérpretes presentaron su dueto en el Teatro Degollado, como parte de las actividades del Festival Cultural de Mayo (FCM), que este año tiene a Japón como nación invitada de honor.

Líneas que se pintaban atravesando el escenario a lo diagonal gracias a la iluminación de Enrique Morales, movimientos lentos al estilo de la danza butoh, el kimono, los rostros y las extremidades maquillados de blanco y los sonidos, ya fueran de la naturaleza o abstractos, hicieron referencia a oriente. Una danza más "bailada", fluida, y los ritmos del danzón fueron los elementos mexicanos.

Irene Akiko, mexicana de ascendencia japonesa es una artista multifacética en la escena, que se formó en gran medida en la tradicional escuela de Artes de Takarazuka en Osaka, Japón, y es experta en una de las danzas antiguas de aquél país llamada Nichibu.

Por su parte, Diego Piñón, además de haber estudiado la corriente japonesa butoh con algunos de los pioneros, como Kazuo Ohno y su hijo Yoshito Ohno y con Natsu Nakajima, creó en México su forma de acercarse a ella, desde lo ritual, entonces montó su compañía Ux Onodanza, que definía como "danza bizarra". Piñón incluso ha trabajado en Guadalajara como coreógrafo con la compañía de la Universidad de Guadalajara, Anzar.

Con ese bagaje aunado a las raíces de la danza mexicana se unieron en escena Akiko y Piñón para conjugar expresiones opuestas. Sin embargo, también mostraron similitudes en las expresiones de los dos pueblos y relaciones humanas universales, como las de cualquier pareja sentimental.