Martes, 23 de Abril 2024

Mario Molina y sus otras aportaciones

El científico mexicano falleció ayer, en 1995 ganó el Premio Nobel de Química por sus estudios sobre la descomposición de la capa de ozono, pero su actividad fue signIficativa incluso en la presente pandemia de COVID-19

Por: SUN

Mario Molina descubrió el agujero de la capa de ozono y predijo el peligro de los clorofluorocarbonos que son utilizados en los aerosoles industriales y domésticos. AP/C. Jasso

Mario Molina descubrió el agujero de la capa de ozono y predijo el peligro de los clorofluorocarbonos que son utilizados en los aerosoles industriales y domésticos. AP/C. Jasso

Mario Molina, ganador del Premio Nobel de Química en 1995, falleció el miércoles a los 77 años de edad. Además de ser uno de los únicos tres mexicanos que han sido acreedores al preciado galardón, el Dr. Mario Molina hizo múltiples y valiosas aportaciones a la química que han contribuido a mejorar la vida de la humanidad y han fomentado la consciencia ambiental.

¿Quién fue Mario Molina?

Nacido en la Ciudad de México en 1943, José Mario Molina Pasquel y Hernández, mejor conocido como Mario Molina, fue un ingeniero químico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania y recibió un doctorado en Fisicoquímica de la Universidad de California, Berkeley en Estados Unidos.

Mario Molina fue uno de los principales pioneros en la investigación de la química atmosférica, trabajo que le llevó a escribir, junto con F.S. Rowland, un artículo publicado en 1974 que los haría acreedores al Premio Nobel de Química en 1995.

En 1994, las investigaciones del destacado científico mexicano condujeron al Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, el cual es "el primer tratado internacional que ha enfrentado con efectividad un problema ambiental de escala global y de origen antropogénico", según el Centro Mario Molina.

Además de ser profesor en numerosas instituciones de renombre como la UNAM, el MIT, y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de CALTECH, Mario Molina fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto Nacional de Medicina de los Estados Unidos, así como del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología de los presidentes Barack Obama y Bill Clinton, por mencionar solo algunos de sus logros, que incluyen más de 40 doctorados Honoris Causa.

Aunado a esto, dirigió desde 2005 el Centro Mario Molina, un centro de investigación y promoción de políticas públicas que conduce estudios sobre energía, medio ambiente, cambio climático y calidad del aire.

¿Por qué ganó el Premio Nobel?

Junto con Alfonso García Robles y Octavio Paz, el Dr. Mario Molina es uno de los tres mexicanos que han sido merecedores al Premio Nobel.

Fundados en 1895 como legado del inventor sueco Alfred Nobel, los Premios Nobel tienen el objetivo de reconocer a científicos, artistas y diplomáticos de todo el mundo que han dedicado sus esfuerzos a mejorar el mundo.

Desde la primera entrega de premios en 1901, cientos de hombres y mujeres destacados han recibido el preciado galardón en reconocimiento a su labor. La ceremonia de entrega de los Nobel tiene lugar en Estocolmo cada 10 de diciembre. El premio incluye un diploma, una medalla y una cuantiosa suma de dinero que son entregados por el Rey de Suecia.

En un video del Centro Mario Molina, con motivo del 21 aniversario de haber recibido el Premio Nobel de Química, Mario Molina relató que el galardón fue una gran sorpresa para él pues a pesar de saber que estaba incluido en las listas del Comité de Selección, "sabía que no había precedentes de estudios relacionados con el medio ambiente. Por otro lado, nosotros estábamos haciendo también ciencia fundamental pero, en fin, yo no lo tomé muy en serio".

Por lo tanto, al enterarse de que había ganado el premio, el científico mexicano se sintió lleno de sorpresa y no fue sino hasta que uno de sus amigos que fue parte del Comité de Selección le confirmó la noticia que se dio cuenta de que el anuncio no era ningún tipo de broma: "Fue muy emocionante y fue para mí un cambio enorme en mis actividades científicas y, en última instancia, fue una responsabilidad social el recibir un premio tan reconocido", dijo el destacado investigador.

Fue así que, en 1995, Mario Molina recibió el Premio Nobel de Química junto a Paul J. Crustzen y Frank Sherwood Rowland por sus trabajos sobre la química de la atmósfera, en específico, sobre la formación y descomposición del ozono.

Con sus investigaciones, Mario Molina descubrió el agujero de la capa de ozono y predijo el peligro de los clorofluorocarbonos (CFC) que son utilizados en los aerosoles industriales y domésticos. Su descubrimiento fue un parteaguas al identificar un problema global que amenazaba el futuro de la humanidad.

En una entrevista de 1995, Mario Molina afirmó que "La importancia del descubrimiento que hicimos fue de anticipar que este tipo de compuestos industriales podían tener estos efectos a nivel global (...) en años recientes sí se ha comprobado con toda claridad que la capa de ozono se ha desgastado".

¿Cuáles fueron las aportaciones a la química de Mario Molina?

El Dr. Mario Molina siempre estuvo muy enfocado en la investigación y junto con su equipo identificó las propiedades químicas de compuestos que tienen un papel fundamental en la descomposición de la capa de ozono.

Mario Molina descubrió que los CFC, que son gases generados como residuo de procesos de refrigeración industrial y de productos en aerosol, tienen la capacidad de destruir la capa de ozono y pueden permanecer en la atmósfera hasta por 100 años.

También demostró en el laboratorio la existencia de reacciones químicas, desconocidas hasta ese momento, que ocurren en la superficie de partículas de hielo, incluso aquellas que se encuentran en la atmósfera.

Así mismo, propuso y demostró nuevas reacciones catalíticas que explican gran parte de la destrucción del ozono en la estratosfera polar.

Otra parte de su trabajo estuvo enfocada en la química de la contaminación atmosférica en la baja atmósfera, al mismo tiempo que participó en trabajos interdisciplinarios para combatir la degradación de la calidad del aire en grandes ciudades, realizando aportes esenciales para el conocimiento y manejo de la contaminación atmosférica en la zona metropolitana del Valle de México.

En ese sentido, publicó su primer libro, La Calidad del aire en la megaciudad de México: un enfoque integral, en 2005 en donde aborda las contribuciones de numerosos expertos en la calidad del aire urbano. Este libro se convirtió en un referente moderno sobre políticas internacionales que ayuden al manejo adecuado de la calidad del aire en las grandes urbes.

En 2018, Mario Molina recalcó la importancia de cumplir con el Acuerdo de París, el cual tiene el objetivo de regular las emisiones de gases de efecto invernadero, e insistió en las graves consecuencias ambientales que conllevaría el incumplimiento de este acuerdo.

Además, como parte de su labor a la política de la ciencia, el profesor Molina se enfocó en combatir el cambio climático e impulsó "acciones globales a favor del desarrollo sustentable a la par de un desarrollo económico vigoroso" de acuerdo con el Centro Mario Molina.

Es en este marco que Mario Molina publicó su segundo libro, junto con otros autores, para abordar temas relacionados con las causas y consecuencias del cambio climático y el contexto que ha llevado a la humanidad a este punto de quiebre.

Uso del cubreboas: Aportación de Mario Molina durante la pandemia de COVID-19 

A través del Centro Mario Molina, el científico mexicano y otros expertos hicieron una comparación de las tendencias en infecciones del nuevo coronavirus en Italia y Nueva York antes y después del uso obligatorio de cubrebocas.

El estudio titulado "Identificando la transmisión aérea como la ruta dominante para la propagación del COVID-19" descubrió que esta medida de salud previno más de 700 mil infecciones en Italia del 6 de abril al 9 de mayo, así como más de 66 mil infecciones en Nueva York entre el 17 de abril y el 9 de mayo.

"Nuestro análisis revela que la diferencia con y sin el uso obligatorio de los cubrebocas representa la medida determinante para darle forma a las tendencias de la pandemia. Esa medida protectora reduce significativamente el número de infecciones", afirmaron los expertos en el artículo científico.
 

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