Viernes, 29 de Marzo 2024

Pese a esfuerzos, tiran 347 millones de comidas al año

El “Diagnóstico sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos en Jalisco” da cuenta de 4.2 millones de toneladas de comida que no son aprovechadas

Por: El Informador

Organizaciones religiosas, civiles y empresariales impulsan programas de alimentos para beneficiar a los más pobres; sin embargo, faltan más estrategias del Gobierno para reducir el desperdicio de los productos. EL INFORMADOR/F. Atilano

Organizaciones religiosas, civiles y empresariales impulsan programas de alimentos para beneficiar a los más pobres; sin embargo, faltan más estrategias del Gobierno para reducir el desperdicio de los productos. EL INFORMADOR/F. Atilano

Autoridades y organizaciones impulsan programas de alimentos para ayudar a los más necesitados, como la campaña de “Jalisco Sin Hambre”. Pese a los esfuerzos, en el Estado se tiran 347 millones de comidas al año, de acuerdo con el “Diagnóstico sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos en Jalisco”.

El estudio evaluó cinco sectores: producción primaria, transformación o manufactura de alimentos, doméstico, servicios alimentarios y distribución-venta al mayoreo y menudeo. Suman 4.2 millones de toneladas de alimentos desperdiciados cada año en Jalisco.

Esta pérdida se define como la cantidad comestible de productos (después de la cosecha) que está disponible para el consumo humano, pero que se desechó por cualquier motivo.

Compras excesivas, principal causa del desperdicio de comida en casa

En el Estado se  tiran 347 millones de comidas al año, que servirían para alimentar a 317 mil personas durante el mismo lapso, de acuerdo con el “Diagnóstico sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos en Jalisco”, elaborado a petición de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet).

El estudio revela que en las casas se desperdician 627 mil 054 toneladas al año en el Estado. Y la causa principal es por la compra excesiva de comida (58.3%), seguida por los alimentos mal seleccionados y por los errores en la preparación.

De forma general, Álvaro Ochoa, doctorante de Procesos Económicos y Medio Ambiente del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), subraya que uno de los problemas cuando se aborda el tema del desperdicio de comida es que solamente se ven los productos como una mercancía, por lo que reducen las dificultades a la eficiencia económica, “y no a los aspectos ambientales, sociales, nutricionales y actitudes monopólicas”. En una investigación que realiza para su tesis sobre este tema, descubrió que los que más promueven el desperdicio son los supermercados, aunque dentro de sus sucursales mantienen lo mínimo para no tener mermas, por lo que desplazan el desperdicio a quienes les venden. “Es decir, a los proveedores, a quienes les exigen tener inventarios de seguridad, lo que genera el desperdicio… y también al consumidor. Aunque esto no es tan visible, al poner muchos productos en descuento, los ciudadanos compran de más y, al final, se termina tirando eso”.

Si todos los productos se aprovecharan podrían beneficiar a uno de cada cuatro jaliscienses que tiene una carencia por acceso a la alimentación (presentan un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo), según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que ubicó a un millón 242 mil 400 personas en esta situación. 

De acuerdo con el análisis, el agua utilizada en los productos desperdiciados representa 40 billones de litros.

Los productos mal seleccionados y los errores en la preparación también forman parte de los motivos  para  tirar alimentos. EL INFORMADOR/Archivo

GUÍA

El diagnóstico

  • El “Diagnóstico sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos en Jalisco”, realizado por Soluciones Integrales para la Problemática Ambiental,  recopila lo que ocurre en las etapas de la cadena de suministro alimentario: la producción primaria, la transformación o la manufactura de alimentos, la distribución al mayoreo y al menudeo, los servicios alimentarios y el sector doméstico.
  • La suma de los cinco ciclos da un total de 4.2 millones de toneladas de alimentos perdidos y desperdiciados cada año en la Entidad, de los cuales, 73% ocurre en las etapas de producción primaria y  la transformación o  la manufactura de alimentos.
  • Del rubro de servicios alimentarios (consumo en restaurantes, cafeterías, hoteles y similares) se pierden 306 mil 980.7  toneladas anuales,  que representan 7% del desperdicio total.  De ese producto,  70.5%  es comestible considerando los líquidos y sólidos por igual. En esta etapa es donde calculan que se tiran 347.6 millones de comidas al año; sin embargo, la estimación sería mayor si se añadiera la comida en buen estado que se desecha en la etapa de distribución al mayoreo y menudeo, así como en el sector doméstico.
  • “Los costos por la generación de la Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA) del sector de servicios alimentarios son de tres mil 978.5 millones de pesos al año, los cuales pudieran ser ahorrados si los restaurantes tuvieran mejor planificación de sus compras”, se analiza en el diagnóstico.
  • Además de representar un problema social,  la PDA es un problema ambiental y económico, debido a que los impactos que se generan relacionados con la producción, transformación, comercialización, transporte y consumo de los alimentos, se traducen en la pérdida de biodiversidad, contaminación de agua, suelo y aire, que también generan emisiones gases de efecto invernadero. Los alimentos que no pudieron ser aprovechados se convierten principalmente en Residuos de Manejo Especial.

MEDICIÓN

Per cápita

Por cada jalisciense se generan 0.21 kilogramos al día de pérdida y desperdicio de alimentos.

Las pérdidas

Toneladas de alimentos desperdiciadas por año en el Estado de Jalisco

  • Producción primaria: 1’930,085.
  • Transformación o manufactura de alimentos: 1’175,740.04. 
  • Sector doméstico: 627,054. 
  • Servicios alimentarios: 306,980.7. 
  • Distribución y venta al mayoreo y menudeo: 242,629.
  • Total: 4’282,488.74.
Por cada jalisciense se generan 0.21 kilogramos al día de pérdida y desperdicio de alimentos. NOTIMEX/Archivo

El maíz, con las mayores pérdidas

De acuerdo con el estudio, en la producción primaria de Jalisco (productos agrícolas, pecuarios y leche) se pierden 9.72% de las toneladas.  El  alimento agrícola con más mermas es el maíz, cuyas fallas ocurren principalmente durante la cosecha. 

Aunque el problema tiene diversas variables, en el sector agrícola las fallas de mercado son fundamentalmente causadas por las prácticas monopólicas, ya que conducen a las grandes fluctuaciones de precios que tienen efectos descomunales en los pequeños productores. 

“La escasez de la regulación establecida por el Gobierno exacerba los problemas causados por estas prácticas. Otro impulsor principal de la PDA es el efecto de las plagas y las condiciones climáticas en los cultivos. Las plagas están estrechamente relacionadas con la falta de capacitación y conocimiento del personal, y algunos de los efectos de las condiciones climáticas adversas que causan la Pérdida y Desperdicio de Alimentos pueden mitigarse mediante la tecnificación”.

Aunque se recomienda la donación de alimentos para mitigar las mermas, a través de la promoción de la práctica y mejores conexiones entre productores e instituciones dedicadas a evitar el desperdicio de alimentos, no todos conocen los programas.

“Únicamente 41% de los productores señala conocer qué es un banco de alimentos, al igual que sus funciones. Otros afirman que el donar alimentos encarece sus operaciones debido al transporte extra de las mermas, por lo que optan por dejarlo en el campo o para su ganado”.

Álvaro Ochoa, doctorante de Procesos Económicos y Medio Ambiente del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), destaca que si bien la corriente internacional es mejorar la maquinaria  para cosechar, también se debe observar que el desperdicio de los alimentos se liga a la seguridad alimentaria. “Y entra en la crisis ecológica  que  atravesamos como especie, que implica que las maneras de consumo no son sostenibles. Ésta,  de inicio se promueve por las grandes empresas: la comida que llega a  nuestras mesas llega de un sistema manejado por las transnacionales”.

Piden diferenciar los residuos comestibles

La etapa de la distribución y la venta al mayoreo y menudeo es donde se definen los precios y se da entrada a los productos para ser ofrecidos a los consumidores y otros comercializadores.

En este rubro se contemplan los mercados municipales, los tianguis, las cadenas de autoservicios,  los supermercados y las tiendas departamentales, los centros de distribución de alimentos y las centrales de abastos. Sin embargo, en el análisis no tuvieron información de las  cadenas de autoservicios, supermercados y tiendas departamentales sobre la generación de los residuos, por lo que no fueron considerados para el estudio.

De los otros establecimientos se estimó que se generan 242 mil 629 toneladas de desperdicio al año, principalmente propiciados en los tianguis, los pequeños establecimientos y los mercados públicos. 

“Se recomienda establecer metas y objetivos por unidad y por categoría. De igual forma, realizar una investigación de primera mano en esta etapa para diferenciar los residuos orgánicos cuando corresponden a la Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA), así como los porcentajes que son comestibles y no comestibles. Con esta información se podría tener una estimación de los beneficios sociales esperados”.

El especialista Álvaro Ochoa indica que este estudio es valioso porque ofrece datos exactos que antes no se tenían, además de las visitas a la gente en campo y las entrevistas con el sector restaurantero.

“Los alimentos que consumismos pasan muchas etapas para llegar a nuestras mesas. Se tiene la noción de que, en los países en desarrollo, el desperdicio se da en el campo. Y en los países desarrollados es en las últimas etapas, que es cuando se vende al consumidor. Soy de la opinión es que es mixto”.

CLAVES

Las categorías

Definición. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos define a la pérdida de alimentos como la cantidad comestible de productos (después de la cosecha) que está disponible para el consumo humano, pero que no se consume por cualquier motivo. En la lista se incluyen la merma de cocción y la contracción natural (por ejemplo, por la pérdida de humedad), también por la pérdida por moho, así como plagas o control inadecuado del clima, además por el desperdicio de alimentos.

Antojitos. Según el estudio, la categoría de los servicios alimentarios que genera más Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA) son los antojitos mexicanos, con 61.3% del total en peso. La razón es porque representan 46% del total de las unidades económicas, conformadas por pequeñas y medianas empresas.

Los huertos urbanos podrían ayudar a disminuir las mermas que ocurren en las transportación de alimentos. NOTIMEX/Archivo

LA VOZ DEL EXPERTO

Propone cosechas urbanas

Álvaro Ochoa (doctorante de Procesos Económicos y Medio Ambiente del CIESAS).

Porque los alimentos tienen un tiempo de vida, el mecanismo actual para su conservación puede presentar muchas fallas. Por ejemplo, los plátanos que se consumen vienen de Colima y estos se deben cortar, separar y almacenar en lo que llegan al mercado. “Y ese almacén debe tener características especiales, al igual que el camión que los transporta. ¿Qué pasa si ese camión se descompone, no enfrió o se aplastan? Son etapas que crean oportunidades para el desperdicio”, destaca Álvaro Ochoa. 

Por ese motivo, considera que una de las soluciones ante esta problemática es incentivar la creación de granjas urbanas en la zona metropolitana, que concentra la mayor parte de las mermas. “Esto ha demostrado tener buenos resultados en otras partes porque las cadenas son más cortas; además, se apoya la economía local y los trabajadores se vuelven sustentables porque no malbaratan sus alimentos”. 

Recuerda que los Gobiernos deben incentivar las medidas como las donaciones, apoyar las ideas ciudadanas y castigar a los que tiran.  Por ejemplo, en otros países los supermercados tienen prohibido tirar alimentos y deben donarlos, “pero en México, las empresas no quieren hacerlo porque temen poner en riesgo a su marca, por lo que se podrían mejorar los estímulos para este sector. En otros países tratan de disminuir la responsabilidad directa de quienes donan”.

Agrega que conoce muchas iniciativas ciudadanas que se han quedado en el camino, como una persona que diseñó una aplicación para que los restaurantes pudieran comprar a mitad de precio, la cual no se difundió por falta de apoyo. 

“Si el Gobierno considerara que las iniciativas son valiosas, pudiera promoverlas y dar estímulos”.

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