Lo que comenzó como una pasión por el arte enfocado en la razón social evolucionó en un proyecto artístico que se plasma a través de performances, exposiciones y diálogos. Claudia Rodríguez, fundadora de la "Colectiva Hilos", compartió para EL INFORMADOR la historia de este proyecto que busca reflejar, a través del arte, una de las problemáticas más graves que impactan a México: las desapariciones forzadas y los feminicidios.Claudia, psicóloga de profesión y escultora, mostró interés por el arte desde temprana edad y, con el tiempo, se inclinó hacia un enfoque social. Al asistir a un taller de textil contemporáneo impartido por el artista Joel Gómez, aprendió la técnica del tejido simbólico que hoy caracteriza al proyecto “Sangre de mi Sangre”, parte de Colectiva Hilos.Motivada por su compromiso con la denuncia social, Colectiva Hilos —grupo interdisciplinario de mujeres— busca generar un espacio de diálogo y cohesión en la sociedad. Muestra de ello es Sangre de mi Sangre, iniciativa que propone vincular a la comunidad mediante hilos rojos tejidos colectivamente, con el objetivo de fomentar la reflexión en torno a problemáticas actuales como las desapariciones forzadas y los feminicidios, visibilizando una lucha constante. La unión social es clave en este proyecto, representado por tejidos de color rojo que simbolizan "la sangre derramada" por los altos índices de violencia que afectan no solo a Jalisco, sino a todo el país. La visibilización de los feminicidios y las desapariciones es su objetivo principal, reuniendo voces que participan en la denuncia social y en la construcción de una comunidad de apoyo.Claudia relató que la “Colectiva Hilos” tuvo su primera aparición pública el 7 de marzo de 2020, en la Plaza de la República, justo debajo del monumento a la Madre Patria, donde se expusieron los tejidos y se convocó a la comunidad —así como a madres buscadoras— a participar. En ese espacio, Isabel Malacara interpretó por primera vez Sangre de mi Sangre, una composición de su autoría donada al colectivo. También, Sofía Molina compartió un poema propio.Más tarde, se llevó a cabo una procesión silenciosa por avenida Chapultepec que culminó en la Glorieta de las y los Desaparecidos, donde se brindó el micrófono a las madres buscadoras para que alzaran su voz y compartieran sus testimonios.Fue una experiencia introspectiva que abrió un espacio de memoria colectiva y denuncia, la cual se retomó al día siguiente durante la marcha del 8M."Para nuestra sorpresa, muchísima gente se ha sumado, no solo en Guadalajara o en México, sino también en otros países, incluidos algunos de Europa y de Latinoamérica, como Chile, Perú y Venezuela”, destacó Claudia. Han llevado sus tejidos a centros culturales en colonias con altos índices de violencia, donde crean diálogos comunitarios y difunden problemáticas locales a través de redes sociales.La colectiva Hilos ha participado en eventos internacionales como el Encuentro Latinoamericano de Textil de Denuncia, realizado en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), donde expusieron junto a tejidos de Colombia y Chile. Destacaron que en este último país el movimiento ha tomado gran fuerza, al punto de inspirar la publicación del libro Sangre de mi Sangre, que recopila testimonios de violencia y resistencia. Además, han donado carretes de hilo a activistas de otros países, demostrando que su mensaje no tiene fronteras.En una ocasión, las "Madres Buscadoras" informaron a la colectiva que habían recibido amenazas y no podían manifestarse públicamente. Ante esto, la "Colectiva Hilos" utilizó sus redes sociales para amplificar su voz y denunciar la situación. También han establecido vínculos con países de Europa para compartir y pensar en estrategias y acciones en la lucha contra la violencia.Su página oficial cuenta con un mapa virtual que muestra los puntos de reunión en distintas partes de México y el mundo, facilitando la participación de quienes desean unirse a la causa a través del arte y el tejido. Entre los proyectos futuros, planean realizar un encuentro internacional con países como Alemania, Francia y Bélgica, para seguir fortaleciendo el diálogo y la acción global contra la violencia.En un país donde miles de madres viven el 10 de mayo sin saber dónde están sus hijas e hijos, el arte se convierte en un puente entre la ausencia y la memoria.Claudia señaló que muchas de las personas que se han unido al proyecto son familiares de personas desaparecidas, quienes encuentran en el arte del tejido una herramienta para visibilizar su dolor y lucha. "El impacto es significativo. Recibimos una carta de un colectivo de familiares desaparecidos que decía: 'Si ustedes dejan de tejer, nosotras dejamos de buscar'", compartió Claudia. Entre sus metas alcanzadas para seguir apoyando a esta causa, la "Colectiva Hilos" ha logrado constituirse como asociación civil y así seguir fortaleciendo su impacto y visibilizando las problemáticas sociales a través del arte y, sobre todo, brindar apoyo a las madres buscadoras y familiares de víctimas de desapariciones forzadas.Si deseas obtener más información sobre cómo apoyar este proyecto, puedes contactarlos a través de su cuenta oficial de Instagram @colectivahilosEste Día de las Madres también es una fecha para recordar a aquellas madres que buscan a sus hijas e hijos con sus propias manos y tejen con hilos rojos la ausencia. Su maternidad es ejemplo de lucha incansable. “Colectiva Hilos” les rinde homenaje, reconociéndolas como símbolos vivos de amor, resistencia y dignidad.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *AS