Sábado, 21 de Septiembre 2024

Así era antes el Salto de Juanacatlán, el "Niágara de México" (FOTOS)

Considerado hoy en día un foco de contaminación, en su momento el Salto de Juanacatlán fue considerado el "Niágara de México"

Por: Fausto Salcedo

El Salto de Juanacatlán llegó a ser una maravilla natural décadas antes del desastre ambiental. EL INFORMADOR/ ARCHIVO

El Salto de Juanacatlán llegó a ser una maravilla natural décadas antes del desastre ambiental. EL INFORMADOR/ ARCHIVO

El nombre de Juanacatlán proviene del maya, estructurado en torno a resonancias poéticas, y significa "cascada entre los campos de caña".

EL INFORMADOR/ ARCHIVO
EL INFORMADOR/ ARCHIVO

Las cataratas de Juanacatlán están localizadas a unos 15 kilómetros del lago de Chapala, y aproximadamente a una hora de distancia de Guadalajara. Corren sobre el cauce grande del río Santiago, entre los municipios de Juanacatlán y El Salto, en un desbordamiento tumultuoso entre las planicies y los cerros, y entre mezquites y arbustos espinosos que brotan de los despeñaderos que formaron los siglos. 

Las aguas de Juanacatlán son tristes, espumosas, arrastrando en su curso un torrente de contaminación de las empresas y los complejos industriales que a su vez arrasaron con los páramos, los cañaverales y las planicies arboladas del valle. A ambos lados del cauce existen fincas derruidas donde no parece concebible que pueda habitar el humano, y que conjugan el panorama de la desolación.

EL INFORMADOR/ ARCHIVO
EL INFORMADOR/ ARCHIVO

El Salto de Juanacatlán es uno de los puntos rojos de contaminación en Jalisco, y a lo largo de los años se han llevado a cabo intentos infructíferos por sanar y limpiar sus aguas, en palabras con propósitos políticos que nunca llegaron a hechos verdaderos. Son tentativas tardías, que se demorarán en ordenar la catástrofe dejada por décadas de complicidad entre el gobierno y las industrias que utilizaron las cataratas como resumidero.

Quienes viven alrededor de la caída de agua denuncian el hedor insoportable, la ponzoña agarrada de uñas en el ambiente y en la vida misma, y las repercusiones que la toxicidad del agua han ocasionado en la salud de las personas, con riñones desbaratados, la sangre envenenada, y esperanzas sin futuro.  

El Salto de Juanacatlán en el pasado, el "Niágara" de México

EL INFORMADOR/ ARCHIVO

Las cosas eran muy distintas hace un siglo, y ni siquiera tanto. Hubo un instante en nuestra historia en el que las cataratas de Juanacatlán fueron consideradas "el Niágara" de México. El comparativo no era un despropósito: el agua de Juanacatlán, al caer sobre las rocas, era un rugido de bestia enorme que se escuchaba desde kilómetros de distancia, y su cauce era tan fuerte y tan voraz que tenía más intensidad de tormenta en el océano que de agua sobre la tierra.  

EL INFORMADOR/ ARCHIVO

Fotógrafos del pasado, no obstante, la retrataron para siempre en la gloria que un día se creyó eterna, y de la que hoy solo nos quedaron los despojos. Un viajero del siglo XIX llegó a describirla de un modo casi fantástico, sorprendido por la reciedumbre del agua como un ejemplo definitivo de lo que es la vida:

"Cuando faltaban un poco más de cinco kilómetros para llegar a ella, un rugido como de trueno lejano se dejó escuchar; nos íbamos aproximando y el ruido iba en aumento. De repente, al salir de un espeso matorral, ¡ah!, quedamos maravillados con la vista de imponente espectáculo que teníamos enfrente. Mucho tiempo contemplamos esta maravilla, admirados de que el inmenso caudal de aguas del gran río Lerma se precipitara a la altura de 50 metros, formando una cortina de cristal (...) y complacidos también de los mil arcoíris que se formaban con los vapores".* 

Juanacatlán hoy en día se pudre en sus propias aguas, en los residuos que se resisten a la lógica de la naturaleza y de la vida misma. Lejos quedaron las épocas donde el torrente serpenteaba a través del valle y se fragmentaba en un estrépito de espuma y de colores que enmudecía a los pájaros y todo cuanto se encontraba kilómetros a la redonda, y que llevó a las personas de su tiempo a la ilusión feliz de que teníamos un Niágara en Jalisco, en México. 

EL INFORMADOR/ ARCHIVO 
EL INFORMADOR/ ARCHIVO 

*De acuerdo con el libro "Jalisco", de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, de la generación 1993-2008, disponibles a través de la plataforma CONALITEG.

FS

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones