En una jornada calificada como “histórica”, el Parlamento catalán aprobó con 70 votos a favor, 10 en contra y dos abstenciones —aunque visiblemente reducido, ante la ausencia de opositores— la declaratoria de independencia de la República de Cataluña. Los gritos y aplausos se dejaron escuchar a las afueras del inmueble, donde cientos de personas festejaban que tras semanas de total incertidumbre, finalmente se cumplía la decisión “del pueblo”, aunque 57% de los catalanes no acudieron a las urnas el 1 de octubre pasado para depositar su papeleta en un referendo invalidado de antemano por el Tribunal Constitucional de España.El festejo duró poco: el Gobierno de Mariano Rajoy empezó rápidamente a tomar medidas para atajar el desafío catalán, en un choque sin precedentes en la historia democrática de España. El Senado español aprobó de inmediato la aplicación del Artículo 155 de la Constitución, así como la definición de las primeras medidas a tomar para mantener a Cataluña como parte de un solo país.En esos términos, Rajoy anunció ayer la disolución del Parlamento catalán, la destitución del Gobierno regional y el llamado a elecciones para el 21 de diciembre.Además, la fiscalía general anunció una querella la semana que viene contra el presidente catalán, Carles Puigdemont, por “rebelión”, un delito que se castiga hasta con 30 años de cárcel.Puigdemont deberá abandonar su cargo una vez que sea publicado su cese en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y si no lo hace podría incurrir en un delito de usurpación de funciones si se resiste a aceptarlo y se atrinchera en el Palacio de la Generalitat, según han informado fuentes de Moncloa.“Los españoles estamos viviendo una jornada triste en la que la sinrazón se ha impuesto a la ley y ha derribado la democracia en Cataluña”, dijo el jefe del Gobierno español en su intervención, en la que reprochó a los independentistas su falta de respeto a los derechos de la mayoría.Tras la declaración unilateral de independencia de Cataluña y las medidas anunciadas por Madrid, el mundo se volcó en apoyo a la unidad de España y en claro rechazo a la postura catalana. A través de Twitter, el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, indicó que no reconocerá a la nueva “República” y hace “votos por una solución política y pacífica”.Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que Madrid sigue siendo el “único interlocutor” de la UE. “Espero que el Gobierno español favorezca la fuerza del argumento, no el argumento de la fuerza”, tuiteó.
