La tardía advertencia del Instituto Nacional Electoral (INE), emitida el jueves pasado, de que sancionaría el reparto de “acordeones” en los que trabajaron gobiernos y partidos políticos, desde que arrancaron las campañas de los más de tres mil candidatos y candidatas que ayer se disputaron 881 cargos para el nuevo Poder Judicial Federal de elección popular, fue ignorada olímpicamente por las estructuras partidistas, especialmente las de Morena, que ayer empezaron a operar desde temprana hora.Fue evidente la movilización cuyos últimos detalles se terminaron de afinar la noche del sábado en los múltiples cuarteles de operación que montaron los distintos grupos políticos para respaldar las candidaturas que lograron sus respectivos padrinazgos, y que fueron incluidos en los distintos “acordeones” que se repartieron en sus grupos clientelares que llevaron a las casillas de votación.Fue como comenté aquí el viernes pasado, una jornada para votantes iniciados que ya habían tenido un aleccionamiento previo por quienes operaron desde el poder para inducir el voto a favor de sus candidaturas cercanas. Otro porcentaje de los ciudadanos que decidieron acudir a votar eran de las redes familiares y de amistades de los que contendieron por cuenta propia, y que muy probablemente, en su mayoría, serán avasallados por los beneficiarios de la movilización partidista. La minoría fueron aquellos que asistieron a las urnas por cumplir ese derecho cívico, pero que llegaron con alguna idea de las y los que contienden por alguno de los 9 lugares de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero en blanco para saber qué nombres apoyar en el resto de las cinco boletas que se repartieron ayer en Jalisco. Al casi 35 por ciento de abstencionismo que hay cada elección, se sumaron todos aquellos opositores a los gobiernos de la 4T, que como señal de protesta y por todas las improvisaciones e irregularidades que hubo en el proceso de organización de esta primera elección de juzgadores, decidieron no asistir, o de plano fueron a su casilla solo a anular sus votos.Ahora habrá que esperar los resultados, en cuyo conteo no participarán los vecinos sino sólo funcionarios electorales del cada día más cuestionado INE de Guadalupe Taddei, por su cercanía con los gobiernos de la cuarta transformación.Al oficialismo poco le importará el bajo porcentaje de votación, con el argumento de que antes sólo el Presidente y los y las senadoras decidían quiénes eran los ministros y magistrados, y más bien seguirán festejando que hicieron posible el sueño y capricho de venganza de su líder histórico Andrés Manuel López Obrador, motivación que estaba antes de una verdadera convicción de limpiar y renovar para bien un Poder Judicial Federal, que como los poderes judiciales de los estados, ciertamente estaba podrido.