Con el inicio, el próximo lunes, de las nuevas administraciones municipales, se abre nuevamente la oportunidad de construir una verdadera visión metropolitana en los planes y programas de Gobierno de los nueve ayuntamientos (Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá, El Salto, Ixtlahuacán, Juanacatlán y Zapotlanejo) que tienen asiento, junto con el gobernador en turno, en la junta de Gobierno del Consejo de Coordinación Municipal, una de las cuatro esferas del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan).Hemos perdido mucho tiempo en avanzar en este propósito que sin duda contribuiría para articular y optimizar los servicios públicos, ordenar el crecimiento urbano, y mejorar así la calidad de vida de sus habitantes, y combatir desigualdades.Cuando antes de la primera alternancia política de 1995 en Jalisco, el PRI tenía el control del Poder Ejecutivo federal, estatal y los municipios metropolitanos, poco se hablaba del tema. Cuando el PAN logró la hegemonía en esos mismos tres niveles de Gobierno, el propósito de coordinar acciones entre municipios quedó sólo en papel, y a lo más que se llegó fue a medio a pintar del mismo color las patrullas. El regreso del PRI al poder en la mayoria de los municipios conurbados en 2012, a la Presidencia y a la gubernatura, tampoco fue aprovechado, pero se avanzó con la creación en 2014 del Imeplan. En 2015, con la consolidación de la fuerza política emergente del partido Movimiento Ciudadano, y la conquista de las presidencias municipales de casi toda el área metropolitana, tampoco se concretaron acuerdos entre los municipios. Esto pese a que se les entregó el Imeplan en una acción que debilitó la consolidación, credibiliad y la independencia de ese órgano técnico recién creado. Aún así se alcanzó la publicación de un cuestionado Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet) y una Agencia Metropolitana de Seguridad que evidentemente no contribuyó en nada para atenuar siquiera el creciente problema de criminalidad y violencia.Quedó claro así que no bastan las coincidencias políticas para lograr este anhelo de cogobiernos municipales y que falta mucha más voluntad política para erradicar el celo de una mal entendida autonomía municipal, que roza más en ambiciones de poder, y que ha obstaculizado el paso para gestionar verdaderas decisiones metropolitanas.Habrá que ver si esta inercia se logra romper ahora que los alcaldes naranjas aumentaron su dominio en los ayuntamientos conurbados, y la gubernatura estatal que encabezará Enrique Alfaro, quien desde que llegó a la alcaldía de Guadalajara planteó la urgencia de articular un plan de Gobierno intermunicipal para la metrópoli.Factor determinante para destrabar este proceso será el papel que juegue el Imeplan, que necesita dar muestras de no estar supeditado a intereses de partido o económicos, para fortalecer su liderazgo con un consejo ciudadano sólido, que le otorgue el respaldo, peso e influencia ante los alcaldes y la autoridad estatal y cumpla por fin su misión de ser el gerente que vele por el buen funcionamiento de los servicios de la metrópoli y su crecimiento urbano ordenado. Veremos.(jbarrera4r@gmail.com)
