En “Unorthodox” la escritora Deborah Feldman narra su vida en el seno de la comunidad jasídica. Su historia ocurre en una de las comunidades más tradicionales que integran a la diáspora judía, concentrada en el barrio de Williamsburg, Brooklyn. Una comunidad ortodoxa de origen húngaro y que llega a los Estados Unidos, huyendo de la solución final nazi.Hasta la fecha encontramos en el cine pocos relatos que nos revelen las características de esta comunidad que destaca por su ortodoxia y por las restricciones culturales que rigen la vida cotidiana de las mujeres. De hecho, sólo recuerdo “Desobediencia” (2017), del chileno Sebastián Lelio, protagonizado por Rachel Weisz y Rachel McAdams, ubicada en Londres y que describe una relación lésbica, que las condena al rechazo y al ostracismo.“Unorthodox” es la adaptación, en el formato de serie, que realiza la directora alemana Maria Schrader, quien retoma lo esencial de la autobiografía de Deborah Feldman, para crear a “Esty Shapiro” (Shira Haas), una joven que es comprometida a un matrimonio arreglado y cuya convivencia con su esposo “Yakov” se va dañando por su incapacidad para soportar la relación sexual. En una comunidad cuyo eje rector es la construcción de una familia numerosa y donde el hombre es el “rey” del hogar, el prolongado ayuno sexual de la pareja asfixia a “Esty”, quien empieza a buscar una alternativa existencial afuera de lo que ha sido su universo, en su momento decide huir, a pesar de sus pocas habilidades sociales (no tiene estudios, nunca ha salido de Brooklyn), busca refugio en Berlín, donde por azar descubre a un grupo de estudiantes de música, su pasión secreta.La cineasta plantea su estrategia narrativa a partir de los contrastes, por un lado ofrece una minuciosa documentación de la vida cotidiana de los “Shapiro” en Williamsburg, donde la escena más brillante (y seguramente la más cara de la producción) es la boda, que llega a tener los ecos de la que Michael Cimino filmó en “El francotirador” (1978); en Berlín los contrastes tienen que ver con las diferentes formas de ser de los estudiantes de música, con ciertos apuntes en torno a la ciudad y el holocausto. Hay dos momentos soberbios: cuando “Esty” se despoja de la peluca, y abandona su identidad como ortodoxa y, cuando somos testigos de las dimensiones de lo que implica vestir por primera vez un pantalón de mezclilla; secuencias que muestran el singular talento de la actriz, quien le da una gran intimidad a su personaje. Disponible en Netflix