Miércoles, 24 de Abril 2024

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Una sociedad histérica II

Por: Sergio Aguirre

Una sociedad histérica II

Una sociedad histérica II

La semana pasada en este espacio se habló de nuevo sobre el texto “10 razones para borrar tus redes sociales de inmediato” de Jaron Lanier. Y pregunté al final: ¿Por qué esas plataformas digitales -como Google, Facebook y Twitter-, montadas en el modelo de negocios llamado “INCORDIO” al provocar una sociedad ultra irascible, obsesionada, dividida, enfrentada y enfadada, acercan al populismo y alejan a la democracia? También se advirtió lo esencial de dicho modelo: 1. Fomentan la agresividad. 2. Espían masivamente. 3. Te dan la información por ellos decidida. 4. Modifican nuestra conducta de forma imperceptible. 5. Su negocio es manipular conductas. 6. Crean falsas muchedumbres y una sociedad falseada.

Por su parte, el populismo es una estrategia política de manipulación de masas, basada en las emociones y la negación de la racionalidad, para que el líder carismático llegue, y conserve el poder de forma arbitraria, personalista o autárquica. Para su funcionamiento requiere necesariamente del enemigo (aquí en México es la Mafia del Poder, los fifís, etc.). El enemigo es la gasolina del motor llamado populismo. Implica una falsa dicotomía y un discurso maniqueo: o estás conmigo o estás contra mí. Y como el líder representa al pueblo -por autodesignación-, si estás en contra del líder estás en contra del pueblo (lo que ello signifique, cosa contraria por ejemplo con el término población, o sea, todas las personas que se encuentran en determinado territorio). De ahí las autoridades morales autoimpuestas. Y lo más terrible, la polarización necesaria para fomentar el odio.

La relación entonces está clara. Tanto las plataformas INCORDIO -o redes sociales si así se les quiere decir-, como la estrategia populista comparten sus características, al provocar ambas una sociedad histérica, y altamente dividida. Es como echarle gasolina al fuego. Son un vehículo perfecto para desencadenar el odio tan necesario para que la estrategia jale. Es más, parecen estar hechas unas para la otra. Populismo 2.0 se le puede llamar. Es tan colosal el monstruito como para aventurar: cualquiera en el lugar de Peña Nieto hubiera perdido la elección, aún con un trabajo impecable. Así el tamaño de la histeria. Ahora le toca a López Obrador lidiar con ella. A ver si no termina censurando bajo amenaza de cárcel a los usuarios de redes sociales, como en Venezuela.

Lanier, en su obra citada achaca el problema representado por las plataformas INCORDIO a una decisión gremial tomada al inicio de la revolución digital. Decidieron que las plataformas electrónicas no serían de paga sino “gratuitas”. Así la fuente de ingresos resultó en la publicidad, y de ahí que el brinco para manipular conductas, solo fue cuestión de tiempo. El remedio: plataformas no gratuitas para no caer en el problema de la publicad.

Finalmente, Lanier hace una crítica muy importante con relación a los premios y castigos como ejes de dichas plataformas INCORDIO, y el peligro de convertirnos en una sociedad conductista (instrumento propio del lavado de cerebro, de las sectas y de casi todos los grupos de “autoayuda”): “El conductismo es una manera inadecuada de entender a la sociedad”. Yo agregaría: catastrófica, histérica, de blancos y negros, sin matices. Pero, ¿como saldremos de este embrollo literalmente mundial? Ni idea. Pero por lo menos conocer el problema de algo puede ayudar.

sergio@aguirre-consultores.com.mx / @seraguirre)

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