Sorpresivamente, lo que parecía una controversia constitucional segura y en puerta para mantener intactas las inercias negativas en el Poder Judicial de Jalisco, se conjuró ayer pese a las enormes resistencias internas manifestadas desde la semana pasada y que tuvieron su momento más álgido antier que siete magistrados y magistradas abandonaron la sesión en protesta por la no impugnación ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de las últimas reformas a la Ley Orgánica de este poder.El pronóstico era que ante el fallo a favor de las y los magistrados de Jalisco que dio la SCJN la semana pasada para regresarles el fuero constitucional que les había sido eliminado en Jalisco desde 2016, justo por la controversia que presentaron aquel año, irían otra vez por este camino que ya habían aprobado el 9 de julio pasado para evitar que se les quite su millonario haber de retiro y ser sometidos a exámenes de control de confianza.Sin embargo, la operación política desplegada desde el Poder Ejecutivo y del propio Poder Legislativo casi con cada uno de los integrantes del pleno del Poder Judicial rindió efectos y se logró la revocación del acuerdo para interponer la controversia constitucional en contra de las reformas al Poder Judicial aprobadas el miércoles de la semana pasada.Para que esto se lograra fue clave el papel que jugó el presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Ricardo Suro, quien resistió múltiples presiones y críticas, principalmente de sus siete compañeros y compañeras magistradas Lucía Padilla Hernández, María Eugenia Villalobos Ruvalcaba, Arcelia García Cásares, Manuel Higinio Ramiro Ramos, Luis Enrique Villanueva Gómez, Rogelio Assad Guerra y Marcelo Romero García de Quevedo, que el martes pasado abandonaron la sesión reprochándole no presentar la controversia constitucional.A reserva de ver cuántos magistrados y jueces presentan amparos de forma individual para aferrarse a su haber de retiro y evitar ser sujetos a los exámenes de control y confianza, o si alguien recurre a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que sea esa instancia la que presente la controversia ante la SCJN como ya sucedió con la reforma de la “muerte civil” a funcionarios corruptos que aprobó el Congreso local, lo que toca ahora es aprovechar esta fractura interna en el Poder Judicial para encontrar aliados que desde dentro estén dispuestos a hacer un frente común con quienes desde fuera luchan por lograr un auténtica y profunda reforma que nos permita rescatar y limpiar a este poder indispensable para pacificar Jalisco. Lo que se debe cuidar también es que los cambios no sean sólo para que todo siga igual y simplemente caiga en manos de otro grupo el control discrecional y arbitrario de los juzgados donde impera la corrupción que genera la impunidad que padecemos.jbarrera4r@gmail.com
