Jueves, 09 de Mayo 2024
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“Un ‘gato seco’ de Grandes Ligas”

Por: Emilio Fernando Alonso

“Un ‘gato seco’ de Grandes Ligas”

“Un ‘gato seco’ de Grandes Ligas”

Cuando se estaban preparando los Charros de Jalisco, del Dr. Álvaro Lebrija, para la  temporada de 1971 y participar en la Liga Mexicana de Verano de Beisbol en sus preciosas y funcionales instalaciones que tenían en Tehuacán, Puebla, el entonces mánager del equipo tapatío Benjamín “Cananea” Reyes comentó emocionado con su cuerpo de coaches: Manolo Fortes, Felipe el “Burro” Hernández y Adolfo “Tribilín” Cabrera, que su compadre Cutberto González les iba a enviar desde Sonora un joven lanzador con la etiqueta de “no puede fallar” y con futuro de Grandes Ligas. No obstante cuando ese joven sonorense llegó a Tehuacán con su elevada estatura y físico muy delgado con larga melena, estuvo a punto de ser devuelto a su tierra sin lanzar una sola bola al pentágono, y es que la primera impresión del “Cananea” fue negativa, pues pensó que su compadre quería tomarle el pelo e inclusive solicitó le dieran de comer y el importe de su pasaje de regreso a Hermosillo, expresando en su peculiar tono sonorense de hablar: “inche compare, nos mandó un gato seco”. Pancho Barrios comió en silencio y mientras tanto sus coaches abogaron por él con el “Cananea”, principalmente Fortes y Cabrera. De mala gana el piloto de los Charros accedió a darle una oportunidad el día siguiente, ordenando que se quedara a dormir y le dieran un uniforme.

Barrios durmió ahí y al día siguiente llegó uniformado al campo de prácticas, y su figura causó risas y burlas de sus compañeros pues el uniforme le quedaba chico para su 1.90 de estatura y sus spikes eran tan grandes que su figura resultaba cómica, sin embargo las risas y burlas cesaron cuando el también apodado “rostro de la Reforma” —pues en esa calle de la capital sonorense del Barrio de San Benito nació y vivió Pancho Barrios—, comenzó a soltar el brazo y cuando se declaró listo, sus envíos venían al home con mucha velocidad y hacían tronar la mascota de los receptores del equipo, Fortes y el “Tribilín” sonreían socarronamente y el famoso “Pelón Mágico” cambió su discurso y les dijo: “no, si yo sabía que mi inche compare no me podía fallar”. El resto es historia, Pancho Barrios fue figura de los Charros en el Verano y de los Naranjeros de Hermosillo en el Invierno, formando parte de los Naranjeros campeones del Pacífico e integrante del primer equipo mexicano campeón de una Serie del Caribe en 1976 en la República Dominicana, donde sus pitcheos veloces y dominantes llamaron la atención de varios buscadores de equipos de Grandes Ligas, pero como los Charros tenían convenio con los Medias Blancas de Chicago, Pancho Barrios fue a parar con el equipo del Sur de Chicago donde se convirtió en un estelar de la rotación abridora de los Medias Blancas en el viejo Comiskey Park, ubicado cerca del barrio mexicano en la Ciudad de los Vientos, llegando a tener buenas campañas y su nombre coreado por el público. Sí, increíble historia de un “gato seco” que brilló en Grandes Ligas y desafortunadamente murió joven de un infarto los 28 años de edad, un 9 de abril de hace 30 años, pero su recuerdo seguirá vigente en quienes tuvimos la suerte de verlo lanzar pelotas de 90 millas por hora hacia la goma, con su espigada figura, acompañada siempre por una gran sonrisa y su larga melena que ondeaba al viento cuando corría un poco por los jardines antes de los juegos de pelota. 

Hemos recibido muchas peticiones, ideas y sugerencias de nuestros lectores, y con gusto iremos dando los comentarios e información que nos han solicitado, para eso trabajamos en El Informador, para ustedes queridos lectores. Es nuestro compromiso al formar parte del equipo  de este diario centenario de fuerte raigambre tapatía.
 

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