Miércoles, 17 de Abril 2024

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Si no aplanan la incidencia delictiva, será un grave exceso autoritario

Por: Jaime Barrera

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Como se veía venir por las mayorías alcanzadas en la elección del 1 de julio y en la integración de la Sexagésima cuarta (LXIV) Legislatura federal en agosto pasado, las y los diputados del partido Morena y sus viejos aliados (PT y PES) y nuevos (Partido Verde y los ocho ex perredistas que el martes les dieron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados) estrenaron ayer la aplanadora que ni PRI ni PAN habían podido echar a andar desde 1997 por falta de votos. Morena-PT-PES iniciaron con mayoría simple de 307 votos y en seis meses lograron 27 más, para tener 334 votos que significan uno más que los necesarios para hacer reformas constitucionales.

Así, la nueva maquinaria amlista empujó hasta imponer la reforma al Artículo 19, con la oposición del PAN, PRI, lo que quedó del PRD y MC, que amplía el catálogo de delitos que obligarán prisión preventiva a quien los cometa sin derecho a fianza. (Robo a combustible, uso electoral de programas sociales y corrupción, que era la petición inicial de Morena; y robo a transporte, robo a casa-habitación, feminicidio, abuso sexual a menores, desaparición forzada, y uso de armas exclusivas del Ejército, que se acumularon en las negociaciones y peticiones de otros partidos y sectores como la iniciativa privada y organizaciones de la sociedad civil.

El pragmatismo morenista y de su indiscutible líder moral, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo que les pareciera una minucia que al menos cuatro de sus nuevos diputados ex perredistas afines enfrenten y enfrentaron juicios, incluso tras las rejas, por desvíos, extorsión, robo y hasta homicidio. Por lo visto por la pretendida purificación del país, el Gobierno de la autollamada cuarta transformación está dispuesto a bajar al mismísimo infierno a traer a los demonios que hagan falta para derribar cualquier obstáculo. Esa misma película podríamos ver hoy en el Senado de la República para sacar a como dé lugar la Guardia Nacional, con mando militar, como la quiere y la exige AMLO.

Aunque con una legitimidad inicial indiscutible, este nuevo modelo de aplanadora sacó el martes, en la cooptación de los perredistas, las más rancias prácticas del viejo régimen que tanto dicen combatir.

Si bien muchas voces habían pedido tipificar como graves estos delitos, para detener el fenómeno de la llamada ‘puerta giratoria’, que consiste en que muchos delincuentes detenidos in fraganti cometiendo esos abusos eran liberados, también es cierto que esta reforma, puede ser utilizada por los gobiernos, para intimidar a adversarios políticos como lo advierte la oposición.

Por eso, para que este exceso político y autoritario no se le revierta al Gobierno federal, debe venir una baja en la incidencia delictiva y en la impunidad, así como el manejo aseado y no faccioso de ministerios públicos, jueces y magistrados ante eventuales infractores de organismos autónomos y contendientes políticos. Todos deberemos estar vigilantes.

jbarrera4r@gmail.com

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