Martes, 23 de Abril 2024

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Religión y economía

Por: Armando González Escoto

Religión y economía

Religión y economía

Es frecuente escuchar en ciertos círculos una extraña observación según la cual, la pobreza de las naciones está relacionada con la religión que profesan. Acto seguido pasan una rápida revista de las naciones más ricas y las más pobres, tan rápida como para poder sentenciar que los países ricos no son católicos, y los pobres sí lo son.

Ciertamente muchos de los países ricos del planeta no son católicos, ni protestantes ni nada de nada, son sociedades que han perdido todo referente religioso no por el hecho de poseerlo todo, sino más bien por el hecho de que para lograr la riqueza que ahora tienen, optaron por eliminar la ética, y si algo de ella les quedaba, acabaron por desecharlo en la medida que les impedía disfrutar de lo poseído. Con frecuencia el mismo Dios que ayuda para hacerse rico, estorba a la hora de querer gozar del dinero al margen de valores, escrúpulos o compromisos morales.

Desde luego la relación entre economía y religión tiene abundantes matices y no pocos ejemplos que contradicen una relación directa de causa a efecto. Malasia es un país bastante rico, de religión predominantemente islámica, pero tiene de vecino a Indonesia, un país pobre, que sin embargo también sigue la fe musulmana, de hecho es el país con mayor población musulmana en el planeta. La riqueza y el poder tecnológico de Japón es proverbial, pero hay otros países que siguen las mismas doctrinas religiosas imperantes en Japón, y que no obstante son pobres. Países como Emiratos Árabes o Qatar, simplemente ahogados en la abundancia económica, contrastan con países igualmente islámicos pero ahogados en la pobreza como Bangladesh. En América Latina dos de las naciones más prósperas, a pesar de sus muchas dificultades, son también las que ostentan el mayor número de católicos a nivel mundial, Brasil y México. A nivel mundial el país más rico en cuanto a la percepción económica de sus habitantes es un país de origen católico, aunque muy pequeño: Liechtenstein, principado europeo de habla alemana.

Países como Emiratos Árabes o Qatar, simplemente ahogados en la abundancia económica, contrastan con países igualmente islámicos pero ahogados en la pobreza como Bangladesh

Debemos siempre pensar con lógica y con inteligencia. Las causas de la riqueza material de los pueblos suelen tener que ver más con sus sistemas políticos que con sus sistemas de creencias, pues en la medida que una sociedad logra posicionar un buen sistema de gobierno, éste a su vez se encarga de fomentar una adecuada estructura educativa, cívica y laboral, con el aparato legislativo y judicial acorde para la prosperidad de todos y no sólo para la búsqueda de beneficio personal o elitista, lo cual desde luego destierra tanto la corrupción como la impunidad. Dije sistema político, ni siquiera recursos naturales, pues hay países poco favorecidos en este campo que sin embargo han podido descollar notablemente gracias a su sistema de gobierno.

México es un país de mayoría católica, sumamente vejado por su sistema político, y todo el tiempo explotado y sometido por un país de origen protestante, Estados Unidos, no sin la complicidad del propio gobierno mexicano y de las organizaciones ideológicas que la nación vecina promueve, manipula, ideologiza y alimenta, si a pesar de todo esto figura entre los países más desarrollados de Latinoamérica su mérito es todavía mayor.

armando.gon@univa.mx

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