Tras bambalinas y sin necesidad de autorización por el Congreso, la administración de Donald Trump se ha embarcado en una misión para cambiar las políticas de migración y el bienestar de los migrantes. Trump ha expresado públicamente su desprecio por los indocumentados y gran parte de su campaña electoral utilizó la plataforma para ganar apoyo y simpatía entre el electorado republicano, mientras que del otro lado del pasillo las propuestas fueron ignoradas. Sin la opción de hacer cambios públicos y drásticos, esta administración ha tomado un camino sin grandes controversias públicas, pero con importantes repercusiones a los ciudadanos.El cambio de estrategia me sorprende si la comparamos con la presidencia. Esta es una administración que goza de la polémica y el escrutinio público, sin embargo, al ver la batalla complicada y después del fracaso del muro, han recurrido al silencio para establecer sus ideales. Donald Trump no está solo en su lucha migratoria, el procurador general, Jeff Session, discretamente recurrió a un precedente legal que da facultades al Gobierno federal para deportar a un migrante antes de que su proceso legal para permanecer expire. Esta maniobra, junto con el pretexto de conocer tu situación legal en el próximo censo, generan paranoia en los migrantes e inhiben a aquellos a recurrir a la Policía o servicios médicos por el temor fundado de su expulsión.En una medida más extrema, ahora los Estados Unidos exigen a cualquier aplicante de una visa o residencia entregar todas sus interacciones a través de redes sociales, correos electrónicos y llamadas telefónicas. Medidas que pueden ser la cimentación de un Gobierno totalitario y sin libertad de expresión. La única forma de medir una democracia es la libertad a criticar al político en turno y de exigir cambios a aquellos que los representan en el Gobierno. Aparentemente Donald Trump aprendió las lecciones y ahora opera en discresion y sin policía mediática las medidas necesarias para complacer a su base electoral. El público tiene que poner atención en este ataque sorpresivo y defenderse si pretende sobrevivir la presidencia de Trump con sus derechos intactos.
