Como piedrita en el arroz surgió de la nada —literal— una columna del periodista mexicano Federico Arreola (en sdpnoticias.com) sobre Guillermo del Toro y su “espantosa obesidad”. No pude dejar de reír. ¿Es en serio? —pensé—. Pues el chiste se cuenta solo, digo.El director mexicano, tapatío además —disculparán mi orgullo terruñil— recién laureado con el premio Oscar, visita nuestra ciudad —nos ataca el síndrome del gruppie enardecido y qué bueno— se avienta, además, con toda su inmensa buena onda cuatro clases magistrales, y su encuentro con la gente joven de Guadalajara termina en una conmoción maravillosa donde ganamos todos, pues estamos frente a un creador que además nos abrió el camino y pone en nuestras manos —de manera diáfana y bella— un pedazote de ilusión. Y bueno, no exagero… ilusión, belleza, amor es lo que necesitamos… No sólo porque los incentivos al cine son una cosa triste, el país vive uno de sus peores momentos históricos —en términos de violencia—. Pues sí, necesitamos héroes, así de cursi.Guillermo del Toro es un héroe… punto… El sólo hacer de su existencia, los monstruos de su cabeza y la enardecida fe en sí mismo lo han llevado a bajarnos las estrellas… Que Federico Arreola, Juanita Pérez, Luchita López y sus abuelitas digan misa…Y en el hacer algo por el país, ayer circulaba la noticia de que Gael García Bernal hizo petición ante la ONU: “La normalización de la violencia es el mayor fracaso de México, junto con la impunidad”, destacó. Esto, el mismo día que rolaba por las redes sociales la nota tremenda de la muerte de dos niñas en Veracruz, apenas unas adolescentes. (Nefertiti y Grecia Camacho Martínez). Iban al cine. Parece que fue la policía. Una vergonzosa tragedia. ¡Dos niñas que iban al cine!Y bueno entonces pensemos: ¿Qué estamos haciendo? En nuestro día a día. Ahí está Del Toro hablando con miles —porque fueron miles— de jóvenes (y también con cineastas y productores y periodistas y no tan jóvenes como uno ¿verdad?) con toda la paciencia para abrirles el corazón y señalarles una luz con posibilidad de futuro. Ahí está Gael —con su impotencia— usando su “rockstarismo” para atraer cámaras y que un organismo como la ONU, atienda un caso emergente como es el de México.El 2017 fue —según el periódico EL PAÍS— el más violento para nuestra nación en los últimos 20 años. 18 mil 675 víctimas. Estamos en el noveno puesto de países con mayor conflicto bélico, nos supera Siria, luego Afganistán e Iraq. Así como lo escribo. Y pienso en estas ¡dos niñas que iban al cine!¿Qué hacer en el día a día? —me pregunto si alguno de los candidatos ha abordado el tema de la violencia o el de la dinamización de la cultura—. Cómo volvernos super héroes de la vida cotidiana…
