No fueron pocos los televidentes que admiraron a David Letterman, un presentador muy famoso en Estados Unidos conocido por sus dotes para el género de la entrevista. Hace casi tres años anunció su retiro. Sin embargo, Netflix salió al rescate y colocó en su catálogo una nueva oportunidad de explorar el mundo a través de los ojos de los interlocutores aparentemente inalcanzables. El primer capítulo de estas entrevistas seriadas está dedicado, ni más ni menos, que a Barack Obama. Los dos son grandes conversadores y escucharlos vale la pena tanto porque es divertido, como porque dan mucho que pensar. David Letterman cuestionó a Obama sobre su vida familiar, sus gustos personales, su visión del rumbo del país, entre otros temas. Hubo una pregunta muy interesante: quiso saber qué es lo que había pensado uno de los mandatarios más populares de los últimos tiempos la primera mañana en la que se despertó sin ser presidente. Vaya usted a saber si dejar de tener a la prensa encima y olvidar la presión de guiar a todo un país, les permita a los políticos la libertad de apartarse para pensar en lo que hicieron. A estas alturas podemos suponer que ni Vicente Fox es muy autocrítico en política internacional, ni Felipe Calderón se angustia analizando su guerra contra el narcotráfico. Pero eso no quita que tengan una responsabilidad histórica. Imagínese que pudiéramos hacer la misma pregunta cuando llegue ese día para el Presidente Enrique Peña Nieto. Tendría que responder a una lista sin fin de omisiones, deficiencias y malos actos. Sobre todo porque su despedida está marcada por altos índices de inseguridad. ¿Qué puede decir cuando, por ejemplo, 2017 fue el año más violento en décadas? ¿Qué va a decir cuando llegue ese día sabiendo que deja un país en el que la gente vive con más miedo y menos certidumbres?¿Y qué puede decirnos hoy cuando el Sistema Nacional de Seguridad Pública confirma un incremento del 72% en feminicidios con respecto a 2015? Todos los discursos de cualquier político del país repiten que habrá “tolerancia cero” en lo que toca a la violencia contra la mujer. Es curioso entonces porque los datos proporcionados por las autoridades nos dicen lo contrario. Los feminicidios van al alza. En promedio, 7.5 mujeres pierden la vida diariamente por cuestiones de género. Dicho sea de paso que el Estado de México, la Entidad en la que Peña Nieto fue gobernador, ocupa el primer lugar en este delito. ¿Pensará rendir cuentas por esas mujeres que nos faltan o se preparará únicamente para gastar su pensión en unas vacaciones? Es más probable lo segundo que lo primero. Intentará olvidar porque debe ser difícil despertar un día sin ser presidente y saber que tienes una deuda que se cuenta en vidas.
