Viernes, 29 de Marzo 2024
Ideas |

¿Por favor… hoy quién refleja?

Por: El Informador

Por Xavier Toscano G. de Quevedo

¡Qué difícil e incómodo es el detenerse unos momentos para hablar del mágico e insuperable Espectáculo Taurino, con “aparentes aficionados”, que no son otra cosa más que fastidiosos y pesados “taurinitos” que se regodean ampliamente en su mentecato fervor por la “fiesta de los toreros”! Aquí NO hay discusión, La Fiesta la dirige únicamente su Majestad el Toro Bravo, es él y nadie más el epicentro de este espectáculo, en el cual es obvio que deberán intervenir toreros, pero éstos no serán jamás los principales protagonistas, como trivialmente lo intentan plantear los “taurinitos”. ¡Aaaah, que soy amigo de tal o cual torero! - ¡Ufffff, qué importante!

Por supuesto que existe la necesidad de personas en los ruedos —como también de aficionados y público en los tendidos— denominados toreros, ¿pero de ellos cuántos son los que en verdad se enorgullecen de serlo? Creo que muy pocos, y esta disyuntiva se ha presentado durante toda la vida —más de IX siglos— de nuestra fiesta. Es por ello que hoy, y cuando han transcurrido más de cuatro décadas de habernos dejado, quiero recordar a Antonio Bienvenida, que fue siempre sinónimo de “Torería”, cualidades y privilegio de muy pocos, palabra que está únicamente reservada a los toreros que han logrado en este enmarañado mundo de la fiesta, sobresalir en la adversidad y caminar en el barrizal lodoso —que es propiciado por los “nefastos taurinos”— sin mancharse un punto, en su integridad torera. ¡Así vivió siempre, con la más cumplida corrección, Antonio Bienvenida, por lo cual su elegante figura convertida hoy en magistral escultura, se levanta con “Torería” en la explanada del coso Venteño!

En la historia de nuestra emblemática Fiesta, son realmente muy pocos los toreros valiosos, los que consiguieron la gloria, los que se han mostrado dentro y fuera de los ruedos “Torería”, y para ser más preciso, la escala óptima del toreo, los que verdaderamente han contribuido de forma evidente y significativa al engrandecimiento de nuestro Espectáculo Taurino, como lo fueron: Pedro Romero, Francisco Montes “Paquiro”, Curro Cuchares, el revolucionario Juan Belmonte, José Gómez Ortega “Joselito”, Rodolfo Gaona, Lorenzo Garza, Manuel Rodríguez “Manolete” y hoy la gran figura de la fiesta, Enrique Ponce.

¡Qué desánimo! Sí, da pena, pero hoy en día como extrañamos lo que verdaderamente simboliza el calificativo de “Torería”, que simplemente es el respeto, la dignidad y el aprecio por esta profesión. Y es muy claro, sin la presencia en el mundo del toro bravo de diestros importantes, con señorío, elegancia y jerarquía, no podría haber un soporte verídico en nuestra fiesta, la cual nunca, jamás, en ningún lapso de su historia, ha caminado erguida, en base a toreros insustanciales, triviales o mediocres.

Son muchas las circunstancias que se incluyen en la vida de los privilegiados, es por ello que concebirse e ir caminando como torero, es mucho más que un ejercicio profesional, y aunque obviamente deberá manifestarse primordialmente en los ruedos —siempre con AUTÉNTICOS TOROS BRAVOS— a la par, tendrán que hacerlo patente fuera de las plazas, y en todos los ámbitos que rodean la vida de un torero.  

Es ésta una parte fundamental en el Espectáculo Taurino, en donde las “Figuras con Torería” siempre le han guardado su lugar de privilegio al eje central de la fiesta. Ya que todos ellos —durante la ya dilatada historia de la tauromaquia— nunca olvidaron y siempre continuaran reconociendo que este extraordinario y sublime espectáculo, nació, se desarrolló, vive y existe, únicamente y nada más gracias a la presencia de su Majestad El Toro Bravo.

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