México vive un entorno de peligro en contra del periodismo. Los embates desde presidencia lo respaldan. Los organismos internacionales lo denuncian. Los intereses ocultos lo callan. El crimen lo sentencia con la muerte. Los panteones les abren criptas. Y la impunidad le escribe epitafios.En medio de esta tragedia los columnistas de opinión tenemos que ser responsables de nuestras palabras. El mal uso de nuestra pluma puede estigmatizar a las y los periodistas de investigación que se juegan la vida.Para nosotros es muy fácil usar el adjetivo incendiario y atrapar lectores desde la comodidad de un escritorio. Es muy sencillo buscar el ángulo que llame la atención sin pensar en evadir las balas o sin la preocupación de no regresar a casa. Es muy fácil escribir con las manos limpias cuando no te has ensuciado escarbando por encontrar la verdad.Tomamos derechos de hacer y decir lo que queremos devaluando la labor periodística. Señalamos a otros como se cuentan cabezas de ganado, despreocupados, dominantes y soberbios. Nos sentimos poseedores de un hecho que no investigamos. Escribimos el título más llamativo, le ponemos nuestra foto y se publica.Tener una columna de opinión no es una carta abierta para escribir mentiras. No es una piedra para encender el avispero y esconder la mano. No es un permiso para matar con declaraciones infundadas. No es una licencia para noticias falsas.Nuestras conclusiones apresuradas ponen en riesgo a los reporteros. Nuestros arrebatos bloquean investigaciones. Nuestras burlas las pagan otros.Ser columnista de opinión no nos exime de ser responsables de lo que escribimos. De formularnos hipótesis, de tener dudas por resolver, de buscar la verdad y verificarla. El uso de nuestros espacios no es más que la oportunidad de contribuir a una mejor conversación pública de forma responsable, informada y reflexiva.Los columnistas de opinión no somos periodistas, pero no debemos huir al compromiso de buscar la verdad sin responder a otros intereses. A veces pienso que somos la envoltura y el periodismo el regalo. Respetemos y cuidemos la palabra. Aprendamos a darle el lugar a las y los que investigan y seamos una llave atractiva para que muchos ojos se interesen en los hechos.@JoseiRasso