Karl Marx recibe permiso de resucitar un rato y, sorprendido por el estado del mundo, se afana en defender sus ideas sobre la economía y la política, que encuentra malinterpretadas y empleadas como pretexto para abusar de los más débiles. Eso es “Marx en el Soho”, un popular monólogo que fue escrito por el historiador estadounidense Howard Zinn en 1999. El grupo del Taller de Teatro de Zapopan tiene una temporada de su adaptación de esta obra, “Marx en Guadalajara”, en el Centro Cultural Constitución, donde dará todavía dos funciones más, ambas gratis: jueves 9 y jueves 16 de agosto, 20:00 horas.Lo primero que hay que destacar es lo bien que el grupo zapopano trata al público: no solo le pide 10 minutos extra para platicar sobre la función (que dura apenas poco más de una hora), sino que además pone sus espectáculos a su disposición: el trabajo del Taller está financiado por recursos municipales y cualquier vecino que se organice puede pedir que alguna de las cinco obras del grupo visite su colonia; el trámite empieza por ponerse de acuerdo vía la página de Facebook “Grupo de Teatro de Zapopan”.Con su “Marx en Guadalajara”, el grupo ofrece una versión libre del texto que mantiene buena parte del original; entre otras cosas, decide que participe un montón de personajes, en lugar de dejar a Marx solo en su monólogo. Vemos a Jenny, esposa del protagonista y revelada como una intelectual equiparable a su famoso marido, pero también a un rabioso Mijaíl Bakunin o a un colectivo que escenifica una cápsula sobre la historia de la Comuna de París.Los personajes extra dan indudable ánimo al montaje, aunque no debería preocupar que resultara aburrido este monólogo: “Marx en el Soho” es más bien emotivo y se antoja para dibujar a un protagonista entrañable, un viejo que no puede agitar a las masas porque ya le duele la espalda, pero al que le quedan energías para denunciar con dureza ejemplar las políticas migratorias o los fanatismos religiosos; tiene cosas muy serias que decir, pero, al menos en el texto, su discurso suena sencillo y directo. Lo cierto es que en la función del jueves 2 (y aunque la obra está recomendada para adolescentes y adultos) había hasta un niño que, con las manos, llevaba el ritmo de “La Internacional”.Que eso no obste para señalar dos o tres cosas al montaje de La Consti, sobre todo en el tono actoral: intérpretes que parecen más “formales” que otros, un vestuario de época que contrasta con la conducta descuidada de algún intérprete, diálogos poco logrados que derivan en el melodrama… y pasajes que nadie leyó bien: en la función del jueves 2 hubo errores como el de una actriz que dijo “énclave” por “enclave”.En el balance final, sin embargo, “Marx en Guadalajara” le propone un rato simpático y singular al público en el bonito foro de La Consti, en la glorieta del Mercado Bola. Y que nadie lo olvide: las funciones son gratis y los artistas del Taller quieren ir a visitar barrios y colonias. Búsquelos e invítelos a dar función; ellos estarán felices y usted tendrá teatro en casa: todos ganan.ivangonzalezvega@gmail.com/ agoragdl.com.mx
