Ahora que el gobernador Pablo Lemus se sinceró y reveló que antes que la Línea 4 del Tren Ligero, funcionará en marzo de 2026 la Línea 5 a base de camiones articulados, que unirá al aeropuerto con el centro de la ciudad y la zona del Estadio de las Chivas, se confirmaron todos los caprichos, improvisaciones, disputas de poder y hasta posibles intrigas de corrupción mortales que han marcado a esta obra pública, que se terminará en el doble del tiempo y costo originalmente planeado, al pasar de los 10 mil a los 20 mil millones de pesos, si bien nos va.La muestra de que se trató de un capricho político lo denota la propia publicidad oficial de la obra que se lanzó en 2022 en el sexenio de Enrique Alfaro, al frasear: “Arranque de la Línea 4. 12 años de lucha”. Y es que ese proyecto de transporte masivo que no cumplía siquiera con los aforos para hacerlo sustentable financieramente, Alfaro se lo planteó desde que fue alcalde de Tlajomulco en el 2010. Como pretendía que todo partiera en torno a su figura, de ahí los 12 años de lucha. “Una obra que por décadas se dejó de lado, pero que vamos a hacer realidad en menos de dos años”, remataba el incumplido eslogan.Aunque también lo que no habrá que olvidar, es que, en su campaña electoral del 2018, el entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, les prometió a los habitantes de Tlajomulco esa misma obra de transporte, que comprometerá muchos recursos de los jaliscienses para pagar a los inversionistas privados de Mota Engil México y a la empresa china CRRC.Apenas iban diez meses de las obras de la nueva Línea 4, cuando el 13 de marzo del 2023 vino un asesinato de un alto funcionario anticorrupción que revisaba las licitaciones que se hicieron para esta obra en ciernes.Escribí en aquella ocasión en este mismo espacio: “A la gravedad del poco avance que hemos tenido en el combate de la corrupción (…) se suma ahora el muy delicado y preocupante caso del asesinato de un funcionario anticorrupción de alto nivel, como lo era Alfredo Velasco Lares, director de Auditoría Interna de la Secretaría de Administración del gobierno del Estado, quien además de haber cursado la licenciatura en Derecho, tenía una certificación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en materia de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo (…) Entre sus funciones estaba el revisar procesos de licitación y contratos. Una de las más importantes que revisaba era la licitación para las obras de la Línea 4 del Tren Ligero, de la cual hizo varias observaciones que quedaron pendientes de solventar, según consta en actas y oficios que firmados por él hizo llegar al Sistema de Tren Eléctrico apenas en septiembre pasado. Este y otros casos que tenía en proceso de fiscalización deben ser la primera línea de investigación para que la Fiscalía descarte o confirme si alguien quiso silenciarlo por su trabajo de escrutinio, lo cual sería otra terrible señal de la degradación de la vida pública”.En espera de que la Fiscalía estatal nos actualice hoy en qué va esta investigación, mañana concluyo con los otros pendientes de la L4.