Al igual que lo hizo su antecesor Andrés Manuel López Obrador en su discurso de toma de posesión y en los seis mensajes políticos por sus informes de Gobierno, la Presidenta Claudia Sheinbaum también prefirió no mencionar, con todas sus letras, el problema del narcotráfico en México, que sigue siendo una de las principales causas de la creciente violencia e inseguridad que se padece en el País, en su discurso por el primer informe de gobierno. Lo más que se aproximó al tema fue cuando mencionó la reunión que tendrá esta semana con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en el que pese a la tensión que también hay en temas comerciales y migratorios, el asunto central será el acuerdo de colaboración en materia de seguridad para el combate a los cárteles de la delincuencia organizada, luego de los constantes reclamos en el sentido de que estas organizaciones criminales controlan cada vez más territorios en México. Insistió en que en este acuerdo se respetará la soberanía y la territorialidad del País, sin reparar justo en lo que en estos dos aspectos el narco ha robado a comunidades enteras.Al defender su política de seguridad, la Presidenta prefirió referirla como su “política de construcción de paz, que dijo, “se decide soberanamente en México, nadie influye en ella”. Presumió luego que los homicidios se han reducido en un 25 por ciento en los últimos 11 meses que lleva su gobierno, destacando casos como el de Zacatecas que los redujo en un 75 por ciento, Guanajuato y Nuevo León en 70 por ciento y el Estado de México en 40 por ciento.Para luego señalar, que confía en que con la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y su presidente Hugo Aguilar, le “ayudarán mucho” en la pacificación del País.Al igual que AMLO, destacó las reuniones con el gabinete de Seguridad que mantiene todos los días a las seis de la mañana, aunque en el sexenio pasado esas sesiones no evitaron que se registraran más de 200 mil homicidios, cifra récord en un sexenio.Así, en materia de seguridad la Presidenta Sheinbaum repitió, al menos en esta ocasión, también la estéril estrategia que siguió desde el primer día de su gobierno el priista Enrique Peña Nieto, de “desnarcotizar” el discurso presidencial, luego de que su antecesor el Presidente Felipe Calderón, hablaba todos los días del combate contra los grupos de la delincuencia organizada, y resultó que su secretario de seguridad, Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos, era cómplice del Cártel de Sinaloa.Está claro que ni una ni otra postura ha resuelto el problema. Pero tratar de ignorar y no mencionar la presencia de los grupos de la delincuencia organizada puede hacer que en Estados Unidos sigan pensando que el Gobierno mexicano les teme a los narcos o que se sigue apostando a una especia de “pax narca”, que siempre termina por generar mayor violencia.jbarrera4r@gmail.com