El tema del libre comercio ha llegado a las campañas electorales con fuerza: por una parte Marcelo Ebrard anuncia que López Obrador propondrá en Ciudad Juárez crear una zona libre de 20 kilómetros paralela a la frontera, una reducción del IVA l 8% y al ISR a 20% y llevar el precio de los combustibles a los precios de Texas tratando de crecen en territorio más o menos hostil. Mientras el candidato del Frente Ricardo Anaya, que cuenta con amplia base de lectores en la frontera, hace lo propio y también propone cambios fiscales para favorecer las inversiones mediante una reducción al ISR y apertura comercial más profunda en la frontera como también la reducción de precios de la gasolina.Mientras que Antonio Mead que mantiene fortaleza en varios estados fronterizos, se enfoca en continuar con las reformas que traerían más inversiones y se prepara para capitalizar los posibles acuerdos que las autoridades federales cierren en la ronda de negociación en Washington en las próximas semanas.Es muy significativo que las propuestas de los tres principales candidatos coincidan en la óptica de fomento al libre comercio en la zona Norte de México, aunque con distintas estrategias, el punto central es el mismo: fomentar el intercambio comercial, que genere crecimiento en una región estratégica.Según los expertos las probabilidades de alcanzar un acuerdo con los Estados Unidos han aumentado en las últimas semanas y aún más luego de que se logró terminar la negociación con Corea del Sur en la materia.Es alentador que las propuestas, hasta ahora conocidas, de los candidatos estén en línea con lo que México ha planteado en el proceso de negociación: cualquier modificación en los desbalances comerciales debe partir del crecimiento del comercio y no al revés.La región fronteriza es una de las más sensibles a los cambios de reglas en materia comercial, y por tanto debe ser considerada en las propuestas políticas con mucha responsabilidad. La afirmación de estudiosos de la sociedad que considera al Norte de México y al Sur de Estados Unidos como una región integrada, no es una ficción, dada la dimensión del intercambio económico: más de ochocientos mil dólares por minuto; y de personas: más de un millón de personas cruzan la frontera por día.En esta región viven más de cuarenta millones de mexicanos en ambos lados de la frontera con un perfil cultural cada vez más definido en las comunidades donde florece la tradición chicana. Los candidatos y sus equipos saben de la importancia de estos enormes grupos sociales que cada vez cobran más visibilidad en ambos lados de la valla. Aunque las medidas propuestas por los candidatos sean más o menos controvertidas por su viabilidad y generen una natural polarización, es un hecho positivo que se presenten propuestas enfocadas al fortalecimiento comercial de esta región. Y aunque se puede considerar que la renegociación del TLCAN puede favorecer al candidato del PRI, es importante que la narrativa de las campañas se mantenga en términos de convergencia estratégica que respalde la posición negociadora, evitando la estridencia.El hecho puro y duro hasta ahora es que mientras que Estados Unidos levanta muros, México propone apertura, libre comercio y fomento al intercambio, y los candidatos a la presidencia proponen acciones específicas en esa dirección, cada cual con su propia visión. Esperemos que la tentación demagógica no se desborde en un tema substancial para el futuro de México.
