Un mensaje original de cuánto hay de verdad en origen de la llamada Conquista de pueblos indómitos, abrazados por la aventura.Mucha verdad y ambición se convierten en leyenda, forjada con imaginación dando vida a la identidad conducente a lenguaje y religión actuales en nuestro territorio. Es La Carga, narración concebida sobre hechos originados hace quinientos años.Seres de piel tez blanca y barbada, llegan a ser como uno solo y son confundidos sobre aquellas bestias de cuatro patas. Surcan playas, llanuras y montañas ante la mirada de aquellos lugareños morenos, lampiños creyendo en la imagen mental de sus dioses para los que han erigido monumentos creyendo en Quetzalcóatl.La historia narrada en la película es romántica e interpretada, accionada por aquel indígena en la región llamada Nueva España, enamorado de una joven española de noble origen. La aventura tiene por causa y razón lo que consideran justicia por aquellos días. María Valverde e Ignacio García Roja encabezan el reparto y la dirección es de Alan Jonsson Gavica.El generoso espacio de la narración natural abre expectativas del pasado, sus derivadas consecuencias y la expresión de justicia que tiene lugar en la circunstancia presente en muchos pueblos inmersos en el indigenismo, aunque no ajenos a la tecnología contemporánea con circunstancias propias de rezago e ignorancia.El reiterado llamado a la igualdad impone reflexión sobre aspectos actuales a los que nos ajenos la corrupción y la complicidad pesar de los múltiples mensajes de incorporación de aquellos pueblos en los linderos de centroamericanos, que como tantos mexicanos migran hacia el Norte en búsqueda desesperada de bienestar que su sitio natal no encuentran. Por su originalidad y mucho más vale bien ver La Carga.Dios nos guarde de la discordia.sicpm@informador.com.mx
