La delincuencia organizada va ganando terreno en nuestro país, ha perfeccionado su forma de operar, se ha modernizado y ha incorporado tecnología de punta, allegándose operadores técnicamente capaces y expertos en captar información. Los robos, secuestros, extorsiones y asesinatos han aumentado, según las estadísticas.El último eslabón de la cadena delictiva son los llamados “halcones” que son los encargados de vigilar, espiar, e informar sobre los movimientos de los diferentes cuerpos policiales, la MARINA y el Ejército, para que puedan sustraerse a las acciones de seguridad pública yendo un paso más allá de las autoridades.Por lo general son adolescentes o menores de edad que se encandilan con el equipo que se les suministra: radios de onda corta, motocicletas, ropa de marca, celulares y hasta drones. También se ha detectado que esta función la prestan trabajadores de comercio informal, vendedores ambulantes, puestos semifijos de frutas y alimentos y afiladores de cuchillos, entre otros.Todos ellos encargados de observar y reportar, por eso es que algunos operativos han fallado. En algunas ocasiones se utilizan taxis que usan radio transmisores para seguir a distancia vehículos oficiales y reportarlos. El delito de halconeo no está tipificado en la Ley Contra la Delincuencia Organizada ni en el Código Penal Federal.La Ley Federal contra la Delincuencia Organizada data del 7 de noviembre de 1996, bajo la presidencia de Ernesto Zedillo, que se ha reformado en varias ocasiones, siendo la última con fecha 7 de abril de 2017. El objeto de esta Ley es la investigación, persecución, procesamiento, sanción y ejecución de las penas por los delitos cometidos por alguna persona que forma parte de la delincuencia organizada. Se define como delincuencia organizada cuando tres o más personas se ponen de acuerdo para realizar en forma permanente o reiterada delitos de: terrorismo, acopio y tráfico de armas, tráfico de personas, tráfico de órganos, corrupción de menores, pornografía de menores, turismo sexual, lenocinio y lo relacionado con hidrocarburos, delitos contra el ambiente y operaciones con recursos de procedencia ilícita.Las penas que establece la Ley son más severas cuando quien comete los delitos mencionados tiene funciones de administración, dirección o supervisión respecto de la delincuencia organizada, estableciendo de 20 a 40 años de prisión y de 500 a 25 mil días de multa y para quien no tenga esas funciones de 10 a 20 años de prisión y de 50 a 12 mil 500 días de multa.La Procuraduría General de la República cuenta con una unidad especializada en la investigación y procesamiento de delitos cometidos por integrantes de la delincuencia organizada, integrada por Agentes del Ministerio Público de la Federación quienes tienen a su mando a policías y peritos.Esta Ley permite a las autoridades actuar libremente para combatir la delincuencia organizada, por lo que no es por falta de legislación que continúa aumentado la delincuencia pues salvo la falta de regulación de las actividades de halconeo, está muy completa, lo que ha fallado es el factor humano, encargado de aplicar la Ley, desde los Agentes del Ministerio Publico, y los jueces, hasta el Presidente de la República.
