Viernes, 26 de Abril 2024

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Las mujeres, por su nombre

Por: Gabriela Aguilar

Las mujeres, por su nombre

Las mujeres, por su nombre

Resistencia. Esa palabra que encierra tanta carga histórica, política, sociológica y que a lo largo del tiempo se ha vinculado a los movimientos generadores de cambios nos dio varias lecciones la semana anterior. Lecciones muy lamentables por cierto.

Y es que la resistencia a brindar atención médica inmediata mantiene a Zoe, una mujer transgénero de 26 años, grave en un hospital luego de que un hombre que iba en una motocicleta la atacara con ácido la noche del pasado martes a las afueras de un hotel en el Centro Histórico de Guadalajara. El resultado de este crimen de odio fue una joven con quemaduras de segundo y tercer grado en el 60% de su cuerpo y su rostro, que supo en una sola noche lo que es la discriminación al más alto nivel.

No sólo fue víctima de un innombrable que sigue sin ser identificado por las autoridades de Guadalajara y del Estado, pese a que las calles del Centro Histórico cuentan con cámaras de videovigilancia y pudieron seguir la trayectoria del atacante, como lo hiciera Tlajomulco una semana atrás para capturar a una mujer que arrolló a una niña de cinco años. Zoe también fue víctima de discriminación al negarle la atención médica de emergencia en el hospital privado Santísima Trinidad y de la falta de visión sobre la gravedad de su estado cuando los servicios de la Cruz Verde la dieron de alta horas después de ingresar por dictaminar que se encontraba “estable”. Los pacientes con quemaduras graves requieren supervisión médica constante e incluso intervención quirúrgica. Tampoco recibió apoyo para rendir su declaración sobre los hechos y comenzar la investigación. La joven volvió a casa con el alma y el cuerpo lastimados para recibir el cobijo de su familia ya que las instituciones le negaron sus derechos y le dieron la espalda.

Una vez que se dio a conocer el caso en algunos medios de comunicación volvió la resistencia, esta vez para llamar a Zoe por lo que es: una mujer transgénero, sí, una mujer. Y volvió a ser víctima de discriminación. Afortunadamente, el acompañamiento que ha recibido de organismos como Unión Diversa ha dado voz a su caso, a su evolución médica e incluso ha generado una red de apoyo en la que convocan a la sociedad para poder seguir con el tratamiento que requiere, pues ahora que se encuentra en el Hospital Civil ha comenzado con las intervenciones quirúrgicas necesarias para reconstruir su piel.

Lamentablemente el caso de Zoe colocó nuevamente bajo el reflector los crímenes de odio, que el año pasado reportaron en México 79 homicidios contra personas de la comunidad LGBT, de los cuales 43 fueron transfeminicidios, de acuerdo a la organización mexicana Letra S; también puso bajo la lupa el nivel de discriminación que se vive  y por la cual ya se han manifestado tanto el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Secretaría de Gobernación y Fiscalía, pero ¿hasta cuándo terminará la resistencia? Por el momento dejó claro que las instituciones en el Estado no tienen un protocolo de acción para agresiones de odio, no estamos acostumbrados a ellas, y ojalá no nos acostumbremos, pero la joven le mostró a México y al mundo lo que se guarda bajo la alfombra, la impunidad y la calidad de las instituciones de salud y seguridad.

El camino hacia una nueva realidad apenas comienza. A sus 26 años, la joven se convirtió en la imagen de lo que el odio, la violencia y la discriminación pueden hacer en una mujer simplemente por ser mujer. Sin siquiera desearlo, y ojalá no hubiera sido así, Zoe rinde honor a su nombre: “Llena de vida” generando un acto de reflexión en una sociedad que no está acostumbrada a hacerlo.

puntociego@mail.com

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