Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, vino esta semana en su primera visita de Estado a México, en el contexto de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El miércoles estuvo en Washington con el mismo propósito con el presidente estadounidense Donald Trump. Más allá de la postura ambivalente expresada por el gobernante canadiense sobre el TLCAN, Trudeau llama la atención por presentar una postura política liberal y hasta progresista ante ciertos temas: aborto, medio ambiente, diversidad sexual, educación, etcétera. Pero no son tanto sus posturas políticas, sino su porte personal lo que llamó la atención. Sin pudor alguno, reporteros, senadores y funcionarios mexicanos se agolparon para tomarse una selfie con el premier canadiense.Sí, será muy guapo y dice ser progresista en ciertos temas, pero la postura personal de Trudeau y del gobierno canadiense se utilizan para encubrir una forma hipócrita, despojadora y hasta criminal de hacer negocios de parte de las corporaciones mineras de Canadá en este país.La actividad minera es uno de los diez grandes negocios capitalistas en México en este momento, tras la aprobación de las leyes de despojo desde Carlos Salinas de Gortari a la fecha. Las leyes mexicanas diseñadas para complacer la inversión privada, propiciaron la llegada masiva de corporaciones canadienses. En este momento, las empresas canadienses tienen 850 proyectos mineros en exploración, desarrollo o explotación, y en conjunto controlan dos terceras partes de la actividad minera en el país.Pero contrario a la imagen de un país respetuoso de las leyes, el Estado de derecho y el medio ambiente, y de la postura progresista de Trudeau, el gobierno de Canadá ha solapado las prácticas que despojan tierras y bienes a comunidades y pueblos, que devastan el medio ambiente y que propician hechos represivos contra opositores a las explotaciones mineras. En 2013, las organizaciones Mining Watch Canada, United Steelworkers y Common Frontiers presentaron el informe Minería canadiense en México: Blackfire Exploration y la Embajada de Canadá un caso de corrupción y homicidio, en el que documentaron que la embajada canadiense sabia de las amenazas que pesaban contra el defensor del territorio Mariana Abarca, presionado por oponerse a una mina de la canadiense Blackfire. Mariano Abarca fue asesinado el 27 de noviembre de 2009 (Alejandra Guillén, Proceso, 6 mayo 2013).Estas prácticas de encubrimiento y hasta filtración de información de la embajada canadiense hacia las empresas mineras continuaron después de ese asesinato, revelaron en un reportaje Marcela Turati y Alejandra Guillén (“Embajada canadiense respalda represión a mineros y ejidatarios mexicanos”, Proceso 24 febrero 2015).Ahora que Trudeau realizó su visita al país, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) emitió un pronunciamiento en el que hacen un recuento de las ilegalidades, despojos, devastación y criminalización que han dejado en México la operación de las mineras canadienses, por lo que le piden retirar la inversión de estas corporaciones del país.Fiel a su compromiso con las corporaciones de su país, Trudeau no lo hará, y sin pendiente continuará tomándose selfies con quienes lo idolatran sin considerar su incoherencia al proclamar un discurso y permitir estas prácticas depredadoras y devastadoras de las corporaciones de su país.
