Antes que se cumplieran los primeros dos meses -en Marzo- de la bisoña administración del Presidente Joe Biden ya leíamos algunos titulares de los diarios del mundo, ‘La nmigración en EE.UU.: cómo el "gran problema" de Biden en la frontera alienta a los republicanos y preocupa a los demócratas’.Pocos días después surgen noticias desde la Casa Blanca y nuevos encabezados en los medios de comunicación, ‘Joe Biden encarga a Kamala Harris la gestión de la crisis migratoria en la frontera con México’.Mientras tanto en las últimas semanas cobró fuerza y se hacen cambios en los sistemas electorales en diferentes estados de la nación los esfuerzos republicanos por limitar el voto de minorías y poner candados para evitar “un fraude electoral” como argumentan que se cometió en la pasada elección presidencial. Y nuevamente salen noticias desde la oficina Oval del 1600 de la Avenida Pennsylvania en Washington, ‘Biden encarga a Kamala Harris liderar los esfuerzos para proteger el derecho al voto’.Los dos grandes retos de Biden a escasos cuatro meses de asumir la presidencia, han sido encargados a la vicepresidenta, que ha surgido como el ‘alfil’ en el ajedrez político del presidente.Kamala Harris, con un historial bastante respetado en el sistema judicial, es más que la mujer que ocupa por primera vez en la historia el puesto de vicepresidenta. Es una persona con mucho carisma, aguerrida defensora de las minorías y de un carácter firme, aunque su rostro muestre su llamativa sonrisa.La percepción de que el puesto de vicepresidente es ‘simbólico’ y sin peso en la toma de decisiones importantes en Washington ha quedado atrás desde el mismo momento que Biden -con ocho años en esa posición en las dos administraciones de Barak Obama- llegó a la cúspide. Y precisamente uno de los principales asesores que tuvo Obama, Dan Pfeiffer, recientemente al hablar de Kamala dijo “será el vicepresidente más poderoso de la historia porque la tendencia es hacia vicepresidentes más poderosos”.Hoy Kamala tiene tiene bajo su responsabilidad lidiar y enfrentarse al tema de migrantes y a la intención de limitación del voto -sobre todo para minorías- que son asuntos vitales que pueden distraer y ‘arruinar’ la propuesta de gobierno de Biden en su intención de lograr la recuperación económica, la unificación de un país sumamente políticamente dividido y con corrientes de supremacismo blanco que resurgen.En los hombros de Kamala ya descansan muchas responsabilidades -posiblemente más de las que se imagino-, pero es una mujer inspirada en las palabras que en alguna ocasión su madre le dijo, “Kamala, puedes ser la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de no ser la última”.¿Cuál será el próximo encargo de Biden para su vicepresidenta?. Solo el presidente lo sabe. Lo que sí sabemos, es que Kamala Harris la próxima semana se sentará con Andres Manuel Lopez Obrador y posiblemente sea el tercer encargo de importancia que le asigne. Y no será para hablar del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la Cuarta Transformación, del aeropuerto de Santa Lucía o de los ‘otros datos’ que tenga nuestro mandatario. Seguramente será -entre otras cosas- para confirmar la respuesta personalizada a la nota diplomática de nuestro país a Washington sobre las ayudas a organizaciones civiles en México y establecer claramente lo ayer dijo el presidente Biden en un comunicado sobre el asunto. Que se hace para garantizar las democracias y “por seguridad nacional” -como lo dijimos el domingo pasado en este espacio bajo el título ‘Ya le contestaron a AMLO’-. Y agregó que luchar contra la corrupción es una "misión para el mundo entero. No se trata solo de un buen Gobierno. Es defensa propia. Es patriotismo y es esencial para la preservación de nuestra democracia y nuestro futuro”. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
