José Juan Macías tiene, entre muchas otras cualidades, la capacidad de hacer que algo complicadísimo luzca demasiado sencillo.Sobran ejemplos de lo anterior, pues basta con ver en acción al delantero de Chivas para pensar que cualquiera puede inventarse goles imposibles, tales como los que ha marcado entre un mar de piernas, sin ver al arco rival o casi sin ángulo de disparo.Además, al repasar su historia, parece que la fórmula de su éxito se reduce a lo siguiente: salir del club en donde no tienes oportunidades, romperla en otro en donde sí te dan minutos y volver a tu equipo inicial como toda una figura de la Liga MX. Así de sencillo.Sin embargo, más allá de sus capacidades para hacer que todo luzca tan simple, “JJ” tiene una cualidad aún más grande: la sinceridad, misma que lo ha llevado a molestar a más de uno, porque como dicen por ahí, la verdad no peca, pero incomoda.Ejemplos de esto también sobran, ya que durante su paso por León no tuvo problema para asegurar que salir de Chivas significó un crecimiento importante para él, lo cual es algo que nadie puede poner en duda.Además, tampoco tuvo empacho para señalar que en Chivas careció de oportunidades por no ser del gusto de los entrenadores, y aunque esto podría sonar a pretexto, al final su rendimiento dentro de la cancha le ha dado la razón.Seguramente no faltará el que quiera tacharlo de mentiroso por repartir sus besos entre el escudo de León y el de Chivas, pero si lo piensan más a fondo, pocas cosas deben de ser tan sinceras como un beso otorgado en medio del júbilo por anotar un gol.El día de ayer José Juan marcó ante América el gol más rápido en la historia de los Clásicos Nacionales (19 de segundos), y a pesar de que no ha podido disputar un torneo completo desde que volvió al Rebaño, el delantero ha dejado en claro que tampoco mintió cuando dijo que no le pesaba la camisa del Guadalajara.
