Viernes, 19 de Abril 2024

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Janucá

Por: María Palomar

Janucá

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Por estos días celebran los judíos las fiestas de Janucá, o fiestas de las luces, que duran ocho días a partir del 25 de kislev, el tercer mes del calendario lunar hebreo, que en el gregoriano se corresponde con finales de noviembre o principios de diciembre.

Resulta que en el año 165 aC los judíos vivían bajo la ocupación del Imperio seléucida, uno de los reinos helenísticos herederos de Alejandro Magno, y en ese año se dio la rebelión de los macabeos, quienes obtuvieron su independencia. Gracias a esto, se purificó el Segundo Templo de Jerusalén (el Segundo Templo, o Templo de Herodes), que había sido profanado por los ocupantes.

La rebelión de los macabeos llevó a la victoria asmonea: la derrota del rey seléucida Antíoco IV Epifanes (175-164 aC), la toma de Jerusalén y el restablecimiento del culto judío con la consiguiente rededicación del Templo. La historia relata que los macabeos triunfaron después de haber logrado incendiar la fortaleza principal de los helenos.

La rededicación del Templo es lo que significa en hebreo Janucá. Entonces, el candelabro principal de nueve brazos (la Menora) se mantuvo encendido durante ocho días, cuando sólo tenía aceite para uno. Por ello, en esta festividad, las velas del candelabro se van encendiendo una a una (como las de la corona de Adviento cada domingo).

Los dos libros de los Macabeos se incluyen en la Biblia que usan la Iglesia latina y la oriental. Los protestontos los excluyeron de su(s) versión(es), y curiosamente también los judíos. Es que forman parte, junto con los otros llamados “deuterocanónicos” (Tobías, Judit, Sirácida, etc.), de la Septuaginta, la temprana traducción griega. Sin embargo, para los judíos es una de sus conmemoraciones principales del año.

Como tantos episodios bíblicos, aun éste de los Macabeos, muy “moderno” puesto que sólo precede en siglo y medio al nacimiento de Cristo, ha sido puesto en duda, cuando menos en detalle, en términos estrictamente históricos. Pero ahora acaban de descubrirse un par de nuevas pruebas de la historicidad de la rebelión macabea: los arqueólogos hallaron hace pocos días las ruinas calcinadas de una fortaleza griega, de más de dos mil años de antigüedad, quemada durante una batalla entre los asmoneos y los seléucidas. Pero también un pequeño guijarro con dedicatoria, para lanzarlo con una honda (como la de David contra Goliat), con el nombre grabado de Diodoto Trifón, el rey griego que rigió el imperio seléucida entre 142 y 138 aC.

Fue él quien mandó ejecutar a Jonatán, uno de los hijos de Matatías, fuera sucesor y líder de los macabeos y Sumo Sacerdote de Judea.

Tapatío

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