¿Qué postura tiene usted ante el espinoso tema de cómo nos relacionamos con personas no heterosexuales? Es muy probable que esa forma de pensar y de comportarse, la de usted, se convertirá en un insumo fundamental para sus hijos, sobre todo si son niños pequeños. Pues bien: por estos días hay una obra de teatro en Guadalajara que pretende discutir este tema con niños pequeños y con sus papás.“Los hombres lobo viven en mi clóset” es la obra en cuestión, y tendrá dos funciones más durante junio: los domingos 17 y 24, en el Teatro Experimental de Jalisco (la entrada está sobre Calzada Independencia junto a la del Parque Agua Azul), a las 13:00 horas. El boleto general cuesta $120, pero hay descuento para estudiantes, profesores y personas de la tercera edad. Fue gestada en torno al grupo tapatío Colectivo Transeúnte, con texto de Oz Jiménez y dirección de Daniela Casillas.Es una comedia muy, muy sencilla: cuenta la historia de un niño que debe hacer un viaje por un mundo fantástico, cuya entrada es la puerta del clóset, para encontrar a su hermano mayor, atrapado en un país de hombres lobo. La alegoría es simplísima: Farid, el protagonista, quiere lograr que su hermano Óscar vuelva a casa aunque sea “diferente” de las demás personas, con ayuda de otros personajes que le confirmarán que no hay nada malo en ser “diferente”.Que esta obra de teatro atienda con ternura un tema que levanta discusiones y posturas muy violentas ya es un logro: efectivamente, el esfuerzo del texto y el montaje está dirigido a los niños, pero sólo si los acompañan los papás, que seguro tendrán muchas preguntas que responder al terminar la función. El espectáculo propone que, si escuchamos la natural disposición de los niños a considerar prioritario el amor familiar, por encima de los prejuicios contra quienes son “diferentes”, será mucho más fácil convivir con tales diferencias.¿Qué le pasaría a usted si un día su familia está por romperse porque alguien no quiere convivir con quien es “diferente”? No es una pregunta casual, sino una muy pertinente en nuestro país, en donde dos de cada cinco personas se opondrían a vivir en la misma casa que alguien homosexual, según lo documentó la Encuesta Nacional sobre Discriminación de 2010.Hay mucho que decir sobre los elementos técnicos y artísticos de este montaje recién estrenado: no todo funciona y merece cuestionamientos (por ejemplo, ¿será que el público de veras necesita que le repitan tantas veces la palabra clave “diferente”?); no obstante, el efecto final sobre los espectadores es muy interesante. Si usted se anima a escuchar la opinión de sus niños, seguro que disfrutará el trabajo en su conjunto.
