Viernes, 19 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Ferenc Puskas, una leyenda de corazón

Por: Raúl Romero

Ferenc Puskas, una leyenda de corazón

Ferenc Puskas, una leyenda de corazón

Hay pocos casos en que el comportamiento de un gran jugador de futbol fuera de la cancha es tan notable como sus hazañas dentro de ella. Una de esas excepciones es Ferenc Puskas. Su habilidad es conmemorada otorgando un premio al mejor gol del año, pero la grandeza de la leyenda del Real Madrid va más allá de los grandes goles.

Puskas nació en 1927 en Budapest, Hungría. Su padre era un estricto entrenador de futbol que pensaba que su hijo era perezoso y no tenía futuro porque no le gustaba moverse en la cancha. Para demostrar que no era así, Ferenc comienza a correr a todas partes y a jugar carreras con el tranvía.

Entonces ya es “Öcsi” (Hermanito), como todavía es recordado hoy en su país. Ferenc debuta en el Honved, el equipo que su padre entrenaba, demostrando que no era tan perezoso después de todo. Tiene una zurda privilegiada, que le permite disparar con potencia sin perder precisión. El club domina el futbol húngaro y es la base de la Selección campeona en las olimpiadas de Helsinki en 1952.

Puskas ya es un ídolo. La gente lo aborda pidiéndole favores, como a un joven príncipe. Un hombre de avanzada edad solicita su ayuda para conseguir un medicamento para el corazón que sólo puede encontrarse en el extranjero y el jugador no sólo lo compra, además corre el riesgo al hacerlo pasar por las estrictas aduanas húngaras.

En 1953, Puskas enfrenta con Hungría a Inglaterra en el Estadio de Wembley. Los leones ingleses solamente han sido derrotados una vez como locales, pero los “Magiares Mágicos” los doman. Ganan 3-6, con un doblete de Puskas incluido. Para no dejar dudas repiten la proeza seis meses más tarde en Budapest, esta vez por un aún más categórico 7-1.

Cuando se disputa el Mundial de 1954 en Suiza, Hungría se queda a un paso de coronarse. Ferenc y los suyos enfrentan en la Final a Alemania Occidental. Los dos equipos se habían medido ya en la fase de grupos con una clara victoria 8-3 para los húngaros, pero Puskas sufre en ese encuentro una lesión de la que no se recupera totalmente y que le impide jugar la Final en plenitud. Los húngaros pierden 3-2, su primera derrota en 32 partidos.

Puskas está de gira con el Honved en Bilbao cuando estalla la revolución húngara de 1956. Él y otros jugadores se niegan a volver a su país, convirtiéndose en desertores. Desde entonces el régimen se obsesiona con él, espiándolo donde sea que vaya, aunque no siempre de manera discreta. La persona que mandan a vigilarlo en un casino de Alemania pierde tanto jugando que el futbolista se compadece de él y le da dinero.

Una suspensión de la FIFA obliga a Puskas a pasar 18 meses en el limbo. En jugador se refugia en Italia, viviendo de la ayuda de otros futbolistas. La federación italiana se niega a registrarlo, pero Santiago Bernabéu, el presidente del Real Madrid, le ofrece una oportunidad en 1958.

Muchas cejas se alzan en el entorno del equipo blanco ante ese jugador pasado de peso tras año y medio sin jugar. Las dudas se despejan cuando Puskas adelgaza de manera acelerada y anota un triplete en la segunda jornada de la Liga. En España se convierte en Pancho Puskas y después en “Cañoncito Pum”, a causa de su temible pierna izquierda.

Aunque llega al Real Madrid con 31 años, Puskas disfruta una segunda vida futbolística en un equipo merengue de leyenda. En compañía de Di Stefano, Kopa, Gento y Rial, gana cuatro pichichis, cinco Ligas y tres Copas de Europa.

La primera de esas Copas, que obtiene venciendo al Eintracht Frankfurt en 1960, representa uno de sus mejores momentos como futbolista. Anota cuatro goles en la victoria 7-3 sobre los alemanes, pero renuncia  a quedarse con el balón del partido, que regala al rival Erwin Stein, que marcó un doblete. “Pensé ‘de verdad quiero este balón, pero este tipo anotó dos veces y perdió el partido’, así que se lo di”.

Puskas se retira en 1967. Abre un restaurante y una fábrica de salchichas, pero su bondad casi lo lleva a la ruina. Se vuelve entrenador, dirigiendo a equipos en cuatro continentes. Su mayor triunfo en el banquillo es una Final de Copa europea que pierde con el Panathinaikos ante el Ajax en 1971. Poco importa: cuando muere en 2006 es una leyenda no sólo en las estadísticas, también en el corazón de millones de personas.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones