La Avenida López Mateos es la vialidad más famosa del área conurbada de Guadalajara. ¡Quién hubiera podido predecir que desbancaría a vialidades tan importantes y tradicionales como el eje Juárez-Vallarta o avenida Hidalgo! Después de instalarse el Paseo Alcalde, este eje vial que conducía al sur de la ciudad por 16 de Septiembre quedó fuera de la atención pública. La cuestión ahora es muy otra: ¿construir un “segundo piso”, un viaducto, para agilizar el tránsito en López Mateos?Es una pregunta capciosa. Incendiaria incluso. ¿Sí o no? ¿Cuál es la respuesta adecuada?El tema, sin embargo, no es nuevo. Ya se había planteado como una entre muchas posibilidades en una consulta pública que se organizó en la administración anterior, entre noviembre de 2022 y mayo de 2023.En las últimas semanas, sin embargo, el mismo y añejo tema de los conflictos viales en López Mateos estalló otra vez. Entre las lluvias e inundaciones del temporal, junto con los frentes de obras (Camino Real a Colima, carretera a Chapala, avenida Adolfo Horn), además de intereses puntuales que consideran la oportunidad, se retomó la idea del “segundo piso” al estilo del que se construyó en la Ciudad de México durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador, cuando fue jefe de Gobierno.El gobernador Pablo Lemus se vio obligado a abordar el tema. Ayer, de forma inopinada, anunció en sus redes sociales que convocará “a una mesa técnica y ciudadana para atender la demanda de soluciones que nos exigen los vecinos, cámaras, colegios y asociaciones civiles para el corto, mediano y largo plazo” en esta avenida.Los conflictos viales en López Mateos son, literalmente, una tortura cotidiana. Están involucrados quienes viajan por horas en transporte público y se mueven todos los días desde Tlajomulco a la ciudad y de regreso. También los transportistas que llegan por la carretera a Colima, la puerta de entrada desde el puerto de Manzanillo y al mismo tiempo, la ruta para que miles de vehículos de carga se dirijan hacia el occidente y norte del país.Las historias son conocidas por todos: quienes circulan a diario por López Mateos o quienes lo hacen ocasionalmente. Un pequeño accidente, una volcadura o simplemente la densidad del tráfico, causan que el recorrido de unos minutos se convierta en un trayecto de horas.El proyecto del viaducto parece atractivo desde cierta perspectiva, porque los usuarios deberán pagar por usarlo y eso, en teoría, les evitará los problemas actuales. ¿Pero cuántos años tomaría construirlo y, por lo tanto, provocar problemas con las obras? ¿Cuántos miles de millones de pesos requerirá? Parece inevitable que se financie con recursos privados, pero es algo que no se ha detallado todavía, aunque ya lo pide como alternativa el Colegio de Ingenieros Civiles de Jalisco.En el estudio anterior, el de 2023, se determinó que no hay solución única, sino que debe mejorarse y ampliarse el transporte público masivo, además de aplicar operativos viales, semaforización, vigilancia y sanciones, entre otras varias medidas.Al gobernador Pablo Lemus se le acumulan las problemáticas: no es solo resolver la movilidad en López Mateos, es también la crisis del SIAPA y los problemas de abasto y saneamiento de agua; es también el tema de Chapala, y el de seguridad, y el de atracción de inversiones, y lo que se anticipa con las elecciones de 2027. Etcétera.¿Hay tiempo y recursos para todo? Veremos qué resulta de la mesa técnica.