Miércoles, 24 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

El recuento del 8 de marzo

Por: Gabriela Aguilar

El recuento del 8 de marzo

El recuento del 8 de marzo

Nunca faltan las voces de los quejosos que aseguran que no tiene sentido dedicar un Día Internacional a la Mujer.  Dicen que, si se trata de ser parejos, debería haber un día del hombre: un reclamo absurdo que demuestra la ignorancia de quienes lo mencionan.

Sin embargo, este año sentí un avance significativo en el reconocimiento de este día no como una celebración, sino como una fecha para hacer conciencia del rezago en el que viven las mujeres alrededor del mundo. Hemos ido ganando terreno en que otros comprendan que nos enfrentamos a problemáticas muy específicas solo por el hecho de ser mujeres. No podemos aspirar al mismo sueldo que los hombres (aunque realicemos el mismo trabajo). La casa es un asunto que nos compete solo a nosotros. Los niños son de las mamás. Nos enseñan a soportar el acoso y a asumirlo como parte de nuestro día a día. Necesitamos más mujeres en la ciencia, en las ingenierías, en el servicio público y la industria cinematográfica.

Actualmente es difícil ubicar un solo país en el que las mujeres vivan en igualdad de condiciones. Por eso marchamos este ocho de marzo. Por los que desconocen el problema, por los que necesitan saber más de la lucha, por las que no tienen miedo de demandar sus derechos, por las que nos faltan. Marchamos desde Plaza Liberación hasta la glorieta de los Niños Héroes con la consigna de reconocer los avances y señalar lo que nos falta. Algo de lo más memorable es la diversidad de las y los participantes. Es conmovedor que hombres, mujeres y niños de todas las edades se hayan unido para defender la urgencia de vivir en sociedades equitativas, porque en la medida en la que todos se sumen a esta lucha podremos aspirar al cambio cultural que se requiere para que las próximas generaciones no tengan que hablar de feminismo.

Lo que resta es encontrar formas de convertir estas demandas en soluciones concretas. Hacemos mucho con reconocer que esto sucede, pero ¿cuál es la parte que nos toca para persuadir y ganar aliados?, ¿Cómo le hacemos para evitar que haya quienes sigan creyendo que nuestras denuncias son exageradas?

No quiero que mi hija crezca para encontrar las mismas dificultades que enfrento yo. Quiero contarle que hubo un tiempo en el reconocimos nuestras equivocaciones y que luchamos para cambiar las cosas. Que trabajé para despejar su camino de obstáculos (por lo menos hasta donde me fue posible llegar). Uno de los mejores legados que podría dejarle es una sociedad que la respete y por eso, como otros millones de mujeres que creen en la causa, marcharé todas las veces que sean necesarias para que eso suceda.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones