El agua y su escasez

El 70 por ciento de la superficie de la tierra es agua; de este universo el 96.5 por ciento es salada y sólo el 3.5 por ciento es virgen. Desafortunadamente dos terceras partes están congeladas en los glaciares. De la que disponemos, una tercera parte, es humedad en el suelo y solo un por ciento está en las cuencas hidrológicas, arroyos y ríos. Muy poca agua disponible para nosotros.

Esa escasez se acrecienta por la excesiva explotación para consumo humano, la industria y el cambio climático. Lo que sucede algunas partes del mundo, como en California que depende mucho de la agricultura, han obligado a que se tomen excesivas medidas de restricción y han provocado que se prevea un control de acceso al vital líquido, llegando (desde principios de Diciembre) a cotizar el agua en el mercado de futuros de la bolsa de Nueva York, en Wall Street. Esto con la intención de evitar la quiebra de productores agrícolas, aunque con el riesgo de la especulación. Diferente es en México, donde el agua no es un servicio privado. La Comisión Nacional del Agua (Conagua), la clasifica como un bien común.

El control de agua debe ser severo para evitar riesgos con la limitada disponibilidad y la amenaza del cambio climático. Además, llama la atención los descubrimientos del robot Opportunity de la NASA que en su misión en las llanuras de Marte ha descubierto que hace millones de años algunas superficies existieron mares de agua salada. Aunque requerirá de años y muchas investigaciones sobre el cambio climático y sus consecuencias, no se puede asegurar que ese mismo panorama pueda ser similar en la tierra, pero existe un riesgo

El tema del agua es de relevancia por lo vital que es y más ahora en la zona metropolitana de Guadalajara por la escasez que padecemos. Más de 200 colonias se han quedado sin suministro, provocando el enojo de la gente y manifestaciones de protesta. Más que por escasez, crecimiento desordenado y la densidad de la población, “se debe a una mala planeación e incapacidad técnica”, dijo Jose Antonio Gomez Reyna, investigador del Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo de la Universidad de Guadalajara.

Pero también hay que agregar que el problema es cultural. No se respeta al líquido en su uso y a veces se abusa con el desperdicio. “El agua es de todos y es un bien público y es esencial para la salud pública”, dijo Pedro Arrojo-Agudo, relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho al agua potable y al saneamiento.

Así que ante el problema de la escasez, el desabasto, la irresponsabilidad de quienes planean la infraestructura de suministro y los riesgos que corremos, debemos analizar qué tanto podemos aportar para resolver el problema. ¿Usted, qué opina?.